Las asesorías que incomodan
Cuando la aprobación a Piñera llegó casi al 50%, una serie de asesorías de ex candidatos del sector vuelve a incomodar a La Moneda.
Hace algunos días las sonrisas y los rostros alegres se repetían en cada uno de los rincones del Palacio de Gobierno, en calle Moneda.
La última encuesta Adimark elevó, en cuatro puntos la aprobación al Presidente Sebastián Piñera, que de esta forma alcanzaba un 49% de apoyo, el mejor resultado del mandatario desde fines de 2010. Paradojas de la vida, el mayor nivel de aprobación de Piñera, llegó a poco más de un mes de dejar La Moneda. Atrás quedaban las bajas cifras de apoyo, gatilladas por movilizaciones sociales, principalmente, el conflicto estudiantil de 2011. Cuando Piñera lograba reencantar a los chilenos, una cuestionada asesoría realizada al Minsal por el ex candidato a diputado de la UDI, Pablo Zalaquet, tras perder las elecciones, vuelve a dar un dolor de cabeza al gobierno. El problema es que no es uno sino más de 10 los casos similares a los de Zalaquet. Para algunos, un premio de consuelo para las apuestas partidistas de la Alianza que no pudieron llegar al Congreso. Para otros, la lógica posibilidad de poner a disposición del aparataje público los servicios de profesionales capacitados y aptos para tal función. Ñuble, no se quedó afuera de la polémica. La ex candidata a senadora por RN, Rosa Oyarce y el ex candidato a diputado de la UDI, Rodrigo Saavedra, aparecen en los casos de las llamadas "Becas Piñera".
Ambos ex funcionarios de gobierno hicieron una arriesgada apuesta política y decidieron dejar de prestar sus servicios para el Minsal y el Injuv, respectivamente. Sin bien no hay conductas delictivas, ni siquiera faltas administrativas, la pregunta es si éticamente es correcto que el gobierno vuelva a requerirlos o reubicarlos en otras reparticiones solo por haber sido derrotados. Por otra parte, si hoy los cuestionados funcionarios públicos tenían las capacidades técnicas y profesionales para colaborar con el Estado , ¿es imperativo prescindir de ellos, solo por haberse embarcado en una apuesta con miras a lograr un escaño en el parlamento?.
Quizás cuando un gobierno llega con el título de barrer con las malas prácticas de las que acusó a su predecesor, y cuando se promete que solo se llamara a colaborar a los mejores, se debe ser aún más precavido y evitar propiciar conflictos innecesarios.El debate, de seguro, continuará en algún café, oficina o almuerzo familiar. La respuesta, por cierto, se expresara cuando los ciudadanos vuelvan a emitir su sufragio.