Cruzeiro no perdonó los errores de Universidad de Chile y le propinó un 5-1
Universidad de Chile no pudo lograr un buen resultado en su visita a Brasil, y mostró todos sus ripios defensivos en la goleada 5-1 que le propinó el cuadro de Cruzeiro en el estadio Mineirao (Belo Horizonte), válido por la segunda fecha de la Copa Libertadores.
Durante los primeros minutos jugados, los azules entraron con timidez a la cancha del estadio Mineirao, entregaron el balón y las principales chances a los locales, que sólo encontraron buenas respuestas del guardameta Johnny Herrera frente a sus constantes llegadas.
A pesar de la buena actuación del arquero chileno, los laicos, que ayer vistieron con camiseta alternativa, no encontraban su juego y sólo esperaron el ataque del conjunto de Belo Horizonte.
Espera impensada que finalmente aprovecharon los locales para derrotar a Herrera a los 33 minutos de juego, con gol de Ricardo Goulart, tras centro de Dagoberto y cuando la U jugaba con un disminuido José Rojas, quien finalmente terminó siendo reemplazado después del primer tanto del partido por Igor Lichnovsky.
Con la salida de su capitán, los universitarios no lograron acomodarse en defensa y terminaron cediendo aún más ante el ataque de Cruzeiro, donde Dagoberto anotó la segunda diana para el cuadro "Azulao" a los 38 minutos de iniciado el encuentro y tras centro de Goulart.
Aprovechando el mal momento que vivía el plantel de Cristián Romero en la cancha del Mineirao, y cuando el primer lapso terminaba, el cuadro brasileño anotó a los 43 minutos el 3-0 en los pies de Goulart, quién se coronó como una de las figuras de la jornada vivida en Brasil.
Con el marcador en contra, y sin encontrar su juego, los azules se fueron al camarín, esperando dar vuelta un difícil marcador, en un territorio que generalmente le ha sido hostil.
Comenzado el segundo tiempo, los dirigidos por Romero no pudieron contrarrestar el poderío físico y futbolístico de Cruzeiro, que siguió dominando el tránsito del compromiso.
Pese a eso, con el ingreso de Ramón Fernández a los 54