Balance del turismo estival
Mientras las cifras son auspiciosas para Ñuble, eso sí, preocupa el poco cuidado que nuestras visitas demuestran por el medio ambiente.
El retorno de los escolares a sus salas de clases marca definitivamente el término de las actividades turísticas de verano en el país, aunque en Chillán este periodo se extiende habitualmente en un mes con la tradicional fiesta de la Vendimia, parte de un circuito de fiestas relativas a esta actividad agrícola que se realizan en gran parte del centro sur de nuestro país, convertida en algo más que una simple actividad típicamente costumbrista, sino que un gancho para visitantes nacionales extranjeros en las proximidades de la Semana Santa.
Aún con ello en mente, muchas familias han dado por concluidas sus vacaciones y el periodo en que se movilizan por distintos destinos nacionales y extranjeros como una alternativa de descanso en familia.
Este año las cifras volvieron a ratificar que tanto Chillán como la provincia de Ñuble goza de espacios naturales codiciados por los visitantes. Mientras ya las primeras semanas de enero, en la capital provincial se celebraba el hecho de contar con un incremento de turistas y una infraestructura hotelera copada, desde Sernatur se informó que la primera quincena de febrero más del 51% de los destinos como Saltos del Laja, Valle las Trancas, Concepción y alrededores, estaban ocupados. En el caso de Las Trancas la ocupación llegó al 70%. Todo esto mantuvo las expectativas del gobierno de que el incremento de turistas en la Región del Bío Bío será de alrededor de un 5%.
A lo menos en cifras, el balance vuelve a ser auspicioso para Ñuble.
No todo el turismo resultó eso sí beneficioso. Diversas críticas se escucharon este año en distintos rincones del país sobre la alta presencia de jóvenes que se dedicaron a recorrer el país sin dinero, viviendo de la limosna diaria, ensuciando los espacios de turismo o bebiendo alcohol en lugares públicos. Hasta en la extrema isla de Chiloé hubo empresarios del rubro que cuestionaron a estos pseudo turistas.
En Ñuble, lamentamos por estos días el poco cuidado que algunos visitantes han tenido con la Lobería que es Santuario de la Naturaleza en Cobquecura, al invadir el hábitat de los lobos marinos y provocar su huida de un lugar donde viven protegidos y bajo el cuidado y atenta mirada de entidades ecologistas como la Corporación de Defensa de la Flora y Fauna (Codeff). Sin duda, el cuidado que cada visitante le da A cada uno de los destinos turísticos permitirá hacer crecer esta actividad. De lo contrario, estamos atentando contra nuestro propio patrimonio.