No hace mucho se proclamó el califato islámico en Irak, muy lejos de Chile, por cierto, pero vivimos en un mundo global y lo que ocurre allá nos puede afectar hoy o mañana. Por eso pongamos atención a lo que está ocurriendo, primero informarnos de qué se trata y, segundo, sobre esa base, tener una opinión frente al fenómeno.
El califato islámico es la organización basada exclusivamente de acuerdo a la religión, no sólo el estado, toda la sociedad, la vida del individuo, la familia, el espacio público. Lo ordena la ley religiosa, la única, en este caso, la denominada 'charía'. El califato es musulmán, por tanto, aquéllos que no son, tienen cierta opciones: convertirse o pagar un impuesto de protección o si no la muerte. Esto es lo que está ocurriendo en Irak llevado al extremo mismo, las masacres contínuas de cristianos, kurdos, chiítas musulmanes (si no se convierten a la corriente sunita) y con la antigua minoría religiosa de los yazidies que se remonta a 2000 años ante de Cristo.
La creación de este califato islámico en Irak es una de las expresiones más alta de fanatismo religioso, donde no hay cabida para los matices, si no se cree en lo mismo, se pasa a la categoría de infiel, mereciendo por eso hasta la muerte, incluso los hermanos de fe como los chiítas, lo que sería como si un católico en Chile condenara a un protestante o la inversa por divergencias doctrinarias.
El desarrollo histórico de Occidente permitió que la Iglesia se fuera separando del estado, pero, para llegar a eso, fue necesario un proceso largo desde el Renacimiento, la Ilustración, el desarrollo de las ciencias; el mundo musulmán, sin embargo, no ha tenido el mismo proceso, la religión siguió ocupando un lugar central, inmovible, en la vida del individuo, de la sociedad y no ha sufrido prácticamente ninguna evolución. Por eso hoy el mundo se debate en lucha -guerra abierta o no- religiosa entre el islam y occidente (mundo cristiano) donde cada uno habla lenguajes diferentes, paralelos, sin llegar a entenderse y la pregunta es si alguna vez lograrán eso, pues este conflicto lleva siglos, desde el mismo surgimiento del Islam como religión monoteísta en el sigo Vll después de Cristo. El califato creado en Irak impone una visión de mundo absoluta, donde religión y estado es la misma cosa. Si una visión así se impusiera ni siquiera esta pequeña columna se podría escribir so pena de ser condenado.
Una explicación final: las líneas anteriores fueron escritas hace una semana atrás, casi premonitorias al degollamiento del periodista norteamericano frente a las pantallas. No rechazar este acto de barbarie es dar paso a lo siguiente, cada vez más extremo a pantalla abierta, y a lo siguiente, para, al fin, la suerte del mundo quedar en manos de un grupo de fanáticos, a los cuales les falta la bomba atómica para ponerlo de rodillas.