En octubre de 2013 comenzó a regir en Chile la nueva Ley del Donante Universal de Órganos, que establece que en nuestro país toda persona mayor de 18 años es un donante potencial, a menos que formalice ante notario una voluntad contraria.
El espíritu de esta norma era incrementar las posibilidades de trasplantes al contar con un universo más amplio de personas en condiciones de entregar órganos, una vez que fallecieran. Pero las estadísticas muestran que desde la aparición de esta nueva figura no se ha registrado un alza necesariamente importante en las donaciones de órganos.
En el año 2012, cuando el tema se discutió intensamente, se registraron 149 donantes, marcando una importante recuperación luego de que en 2010 hubiera sólo 92, la cifra más baja en los últimos 15 años. La evolución de donantes efectivos, de acuerdo a las cifras del Ministerio de Salud, ha tenido un comportamiento similar. La menor tasa se dio en el año 2010, con 5,4 por cada millón de habitantes, mientras que para el año 2012 los donantes efectivos llegaron a 8,8 por cada millón de habitantes. La mayor proporción se alcanzó en 2006, con 10 por cada millón de personas. En 2014, la tendencia durante los 6 primeros meses está por debajo del año anterior.
Es evidente que aún con una ley, la cultura respecto a las posibilidades de vida que ofrecen los trasplantes gracias a la donación de órganos, no funciona. Incluso, considerando casos emblemáticos, conocidos en todo el país de jóvenes y menores que han muerto esperando un corazón o un hígado, todavía no existe una amplia disponibilidad de órganos que sea capaz de cubrir las necesidades y listas de espera.
En este sentido, junto con la educación y la promoción de la voluntad de ser donante, debe también existir un funcionamiento claro, expedito y eficaz del sistema de salud que se encarga de hacer realidad un trasplante, desde el momento en que se cuenta con un órgano hasta la recuperación de un paciente.
El país ha dado pasos importantes, pero aún todo está en manos de la voluntad y la solidaridad.