El símbolo más cercano a la patria es la bandera, nos representa, identifica. Lloramos, juramos, se muere por ella. Hacer patria es colocar la bandera donde sea. Es tanto la reverencia por lo que representa que vemos esos colores nacionales como propios, chilenos de origen. El tricolor sin embargo es de inspiración francesa y la estrella recuerda a la norteamericana. Decir esto es casi una ofensa a los valores patrios. Pero cada país está inserto en la historia, cultura y Chile no era ajeno a eso cuando se creó la bandera nacional. Otras banderas responden a eso mismo, por ejemplo, el símbolo de la cruz se repite en las banderas escandinavas, suiza, Gran Bretaña; el de la luna, en las árabes e islámicas.
Lo mismo se puede decir de la cueca. Ella expresa tan bien el genio del chileno a través de sus movimientos, su ritmo, que no puede tener otro origen que no sea nacional. Por eso nada más representativo y alusivo para celebrar fiestas patrias, efemérides, aniversarios que un pie de cueca. En todo eso estamos absolutamente de acuerdo. Pero también es una danza que se baila en Bolivia, Perú, Argentina. Quién va a decir, pese a eso, que no sea chilena. Nadie.
El traje de huaso es la prenda nacional por esencia para realzar públicamente lo nacional, eligiendo para ello no la versión del peón, sino la fina, elegante, de fiesta. Pero el traje de huaso es una copia casi fiel del campesino o vaquero andaluz, siendo el sombrero, chaqueta corta y pantalón ajustado, zapato, todo, casi idéntico, salvo, quizás, el chamanto. Es una herencia de la colonia e incorporada al folklore nacional. Lo mismo vale para el traje de huasa. Una chilena vestida de huasa es ver a una andaluza en la Feria de Sevilla.
La empanada también es parte de este universo llamado Patria. Sobre ese triángulo de sabores tan propios de la cocina nacional, nadie se atrevería a decir que no sea de Chile y lo es, pero también se comen empanadas en otras partes. El arte culinario no tiene fronteras, los sabores se mezclan. Que se coman en otras partes, no importa, mejor son las chilenas. Y basta.
Todo esto es patria y siendo, no lo es todo. La patria es algo más y por cierto difícil de definir. Cuando falta, echándola de menos, en la añoranza es cuando se logra entender su significado en profundidad. Y cuando a un chileno le falta la patria es como decir que le falta la cordillera. No hay, quizás, otro pueblo en el planeta donde un elemento físico así influya tanto en su forma de ser por su presencia constante a lo largo de su vida. Es echar de menos el cielo, la noche y sus estrellas, así de simple. Esto quiere decir que patria es geografía, aquello que nos enmarca, sobre lo que se levanta, se construye la existencia. Hay otras cosas más sencillas que también hablan de ella. Ser paisano significa ser del mismo país, de la misma patria, de la chica y de la grande, pues hay una que nos abarca y nos envuelve a todos.