Durao Barroso afirma que la Zona Euro no se dirige a una nueva recesión
énfasis. Eso sí, el directivo aseguró que la región no debe caer en la complacencia y reforzar las reformas.
La Zona Euro no camina hacia una nueva recesión, aunque no se debe caer en la complacencia respecto de las cifras, aún débiles, afirmó ayer el presidente saliente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
El dirigente, que está cerca de cerrar su mandato en un escenario marcado por la difícil coyuntura económica de los últimos años en varios países miembros, afirmó que el crecimiento de la economía de la Zona Euro experimentó una ralentización en el segundo trimestre y exhibe indicadores peores de lo esperado en Alemania, motor económico del continente, lo que mantiene las dudas sobre las perspectivas de recuperación.
mayores reformas
'No creo que volvamos a la recesión', dijo a la cadena británica de televisión BBC, para hacer frente a las previsiones del Fondo Monetario Internacional y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
'Obviamente (...) no debemos caer en ningún tipo de complacencia, deberíamos implementar reformas más estrictas y hacer nuestras economías más atractivas', añadió Durao Barroso.
El directivo está a punto de terminar su mandato como presidente del Ejecutivo de la Unión Europea. Su periodo ha estado marcado por años en el que ha debido enfrentar una crisis financiera y una difícil recesión, que provocaron la salida de los inversores del bloque europeo por el temor a que el endeudamiento excesivo de algunos países provocara su salida del euro.
perspectivas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó las previsiones de crecimiento para este año y 2015 para el conjunto de la Zona Euro, que se expandirá 0,8% este año -tres décimas menos de lo previsto- y 1,3% en 2015.
Estas expectativas, los malos datos económicos de Alemania y Estados Unidos y nueva incertidumbre sobre Grecia, llevaron la preocupación a los mercados bursátiles y empujaron el temor a una tercera recesión en Europa, lo que provocó una importante caída de los mercados bursátiles del Viejo Continente la semana pasada. La Bolsa de Madrid fue la que más perdió, con caídas que superaron el 4,2%, su mayor baja desde agosto de 2012.
Del resto de las principales plazas europeas, Milán sufrió disminuciones superiores al 3%, seguida de París (-2,5%). Londres y Franckfurt bordearon el 2%.