Capacidades diferentes
Chillán está viviendo con energía diversas acciones que van en la dirección de la inclusión social de personas con capacidades diferentes. Nos estamos transformando en una ciudad abiertamente solidaria, consecuente con los principios de la igualdad de oportunidades y la no discriminación.
El entusiasmo me surge tras conocer un par de jornadas de alto valor demostrativo realizadas recientemente. La primera de ellas, en el Paseo Peatonal, me sorprendió puesto que puso en situación de discapacidad a jóvenes que no la tienen. Es decir, se pidió a jóvenes estudiantes que vivieran exactamente lo que deben enfrentar todos los días personas con capacidades diferentes.
La experiencia es novedosa. Pocas veces que se llevan a cabo campañas tan potentes en su forma, con el contenido de la creación de conciencia de los problemas de un sector social importante. Y más aún, si los protagonistas son jóvenes estudiantes.
La feliz idea surgió de la Oficina que se ocupa de estos asuntos en la Municipalidad y contó con la activa participación de media docena de escuelas y liceos públicos, que en sus programas cuentan con planes de inclusión para niños en edad escolar.
Los muchachos compitieron en entretenidos deportes, tales como carreras en sillas de ruedas o encestar el balón desde la misma posición. También se les puso en situación especial cuando les hicieron pintar -con las manos atadas a la espalda-, utilizando pinceles manejados con la boca.
Previamente a ello, en el mismo Paseo Arauco se desarrolló una Feria con elementos que los jóvenes discapacitados han ido haciendo en los diversos talleres de integración que desarrollan durante el año en sus respectivas escuelas.
El segundo ejemplo que merece ser destacado, es el Coro de Señas de la Escuela Municipal Rosita O'Higgins, que dirige Luz Eliana Espinoza. Lo había visto en alguna oportunidad y confieso que me impresionó la coordinación y disciplina de los jóvenes que lo integran. Lo novedoso es que dicha especialista ha tenido la feliz idea de integrar en el coro de señas a muchachos que no presentan discapacidad alguna. ¡Y ellos se han integrado perfectamente!.
De ida y de vuelta. La discapacidad como elemento diferenciador, es enseñado y asumido como elemento integrador. Sin duda, un hecho que demuestra que en Chillán estamos dando pasos importantes en la solidaridad social y que estamos tomando conciencia de que la igualdad, pasa por la inclusión de todos, sin excepciones.