U ln proyecto piloto que busca coordinar desde el territorio la articulación de las instituciones del agro en función de superar las brechas de competitividad que hay en los distintos rubros y sistemas productivos es el que se desarrolla en la precordillera de influencia de Laja Diguillín.
El ingeniero agrónomo y coordinador por parte de INIA de territorial, Abelardo Villavicencio, destacó que el objetivo del programa territorial es ser un nexo donde puedan confluir las propuestas tecnológicas y de investigación.
"Es un encuentro entre los resultados de investigación, los equipos técnicos y los agricultores", señaló.
El coordinador destacó que este es un desafío asumido en conjunto con el Ministerio de Agricultura, ya que el territorial Precordillera Laja Diguillín se une a los territoriales de Bío Bío Centro; Valle del Itata y Maule.
Estos 4 territoriales comprenden un programa piloto a nivel nacional, que busca finalmente, abatir brechas de desigualdad e inequidad y lograr el mejoramiento de los ingresos de los productores.
Villavicencio comentó que esta es una nueva forma de enfrentar el desafío de la transferencia tecnológica, la que en el sistema tradicional se trabaja desde la oferta tecnológica.
ARTICULACIÓN
El nuevo enfoque afronta la transferencia desde las necesidades de los productores y sus problemas.
"En igualdad de condiciones entre productores, agentes de extensión e instituciones, sumando al sector público y privado, escuchamos sus demandas y necesidades tecnológicas y en función de eso devolvemos una respuesta transformada en un plan de trabajo consensuado con ellos", indicó.
Así se organiza el trabajo en terreno articulando el quehacer con el resto de las instituciones, lo que evita la duplicidad de esfuerzo, se gestionan mejor los recursos lo que debiera generar un mayor impacto.
La primera articulación es el trabajo con Indap, y abre el espacio para trabajar con SAG, FIA y otros organismos del ministerio de Agricultura.
Cada territorial tiene, a través de la seremía, un gestor territorial, y como contraparte técnica una institución, que en el caso del territorial de precordillera es INIA.
César Rodríguez, gestor territorial de Laja Diguillín por la Seremi de Agricultura, destacó que el programa reúne tres aspectos importantes para la transferencia tecnológica y extensión, ya que recopila la información diagnóstica de los problemas y oportunidades dentro de un territorio
"Se aboca a poder diferenciar la agricultura según las aptitudes sociales, culturales y edafoclimáticas de una zona, por lo que las iniciativas que se desarrollan tienen una pertinencia territorial", comentó.
También se pone como sujeto de la innovación a los que hacen la innovación, al centrar los procesos innovadores en el mundo empresarial de los agricultores, con la realidad de los agricultores y genera las propuestas de cambio en virtud del territorio, la realidad y sus diagnósticos.
"Es el agricultor el que hace el proceso de cambio", dijo.
TERRITORIO
En el territorio Laja Diguillín existe un sistema de secano de precordillera y un sistema de riego en la zona de influencia del Canal Laja Diguillín.
En el subterritorio de secano, hay cultivo como sistema y las brechas principales están en el bajo nivel de praderas sembradas y la baja productividad de las praderas existentes. En trigo, se detectaron altos niveles de residuos de cosecha. También rubros de alta potencialidad de innovación como castaños en la zona de El Carmen, donde hay una vía importante de desarrollo, aunque falta una propuesta técnica que incluya manejo agronómico y variedades.
En el sector de riego, destaca la producción de papas, que es uno de los cultivos que genera mayor rentabilidad a los productores; en hortalizas, tomate, con una fuerte producción en Bulnes, con unas 300 hectáreas, aunque de bajo rendimiento-
Otro polo de innovación es la frutilla, que se está cultivando de manera tradicional.
"Podría darse un enfoque de producción orgánica, dando valor a un producto que ya está internalizado en los productores y con un buen nivel técnico, según destacó Abelardo Villavicencio, investigador de INIA.