Fatal accidente en una piscina
Una vez más la muerte de un menor de edad ahogado al interior de una piscina vuelve a conmocionarnos. Una vez más solo segundos de descuido gatillaron una tragedia y vuelve a poner el llamado de atención a lo alertas que debemos estar como padres. Claramente el ritmo y los tiempos de los menores no son los mismos que el de los adultos, y por ello el concepto de prevención debe estar presente en todo momento. Una pequeña piscina plástica fue suficiente para que el pequeño, de solo un año y tres meses, M.A.P.C perdiera la vida por inmersión. Claramente se trataba de un dispositivo casero, no propio de los grandes recintos pero aún así hay que extremar las medidas de seguridad. Así nos lo demuestra el caso de este niño pemucano. Por ello debemos tener presente algunas medidas como siempre mantener estas piscinas alejadas del alcance de los niños. Taparlas u obstaculizar el acceso de los pequeños con algún elemento que sirva de barrera resulta fundamental. Los expertos realizan la recomendación de que, más allá del tamaño, debe tener al menos una altura que supere el metro por todos los costados de la piscina. Los niños, inquietos y siempre con la idea de conocer, van a aprovechar cualquier descuido de nosotros. Por ello una vez ocupados estos lugares, jamás hay que dejar los juguetes de los pequeños ya que se convierten en un elemento de distracción y que va a generar el interés de ellos por ir a buscarlos. Como adultos debemos conocer o al menos empezar a adquirir técnicas mínimas de reanimación, fundamentales para los primeros momentos después del accidente. Una vez que los niños dejan de utilizar las piscinas sino se quiere botar el agua contenida, otra opción es cubrirla con alguna malla o toldo, algo que también servirá para alejar el interés de los menores de llegar a este lugar.