La emergencia recién comienza para habitantes de Ñipas
ránquil. Viñateros ya habían enfrentado el megaincendio de 2012 y esperaban volver a cosechar a principios de abril. Ahora confían en obtener el apoyo del Gobierno.
Hasta el día miércoles, los vecinos del sector Alto Huape, en Ñipas, estaban felices. Luego de tres años se preparaban para tener, en las próximas dos semanas, una buena cosecha, tras el periodo de recesión que hubo desde 2012, cuando el megaincendio de Quillón causó millonarias pérdidas. Sin embargo, el siniestro que afectó a Ñipas revivió aquella pesadilla.
Un total de seis viviendas destruidas (tres de ellas destinadas para el veraneo), además de dos bodegas consumidas por las llamas, fueron parte del catastro que realizó el municipio de Ránquil, apoyados por la Gobernación de Ñuble, quienes procuraron cumplir con la misión de salvar las vidas de los afectados ante la emergencia.
No obstante, ayer los viñateros revisaron las condiciones en que quedaron sus plantaciones, motivo suficiente para solicitar a las autoridades que la Seremi de agricultura la zona, habitada principalmente por adultos mayores, la declaración de emergencia agrícola. Dicha moción también es compartida por el senador Felipe Harboe, quien fue enfático
El caso de Gustavo Vera, de 87 años, grafica la tragedia. "Defendí mi terreno como pude. Agua, palas, ramas, usé de todo, pero el fuego fue avanzando muy rápido. Como mi casa queda en altura, en un momento dejé que el agua escurriera hacia abajo, sabiendo que mojaría la viña, pero a esa altura ya no estaba defendiendo la plantación. Estaba salvando mi casa", relató Vera.
En las 5 hectáreas que abarca su terreno, había siembra de uvas de distintas cepas, casi listas para su cosecha, además de higueras, castaños, y cerezos.
Según comentó Gustavo Vera, su vivienda la pudo salvar gracias a la ayuda que recibió de parte de bomberos y brigadistas de la celulosa Arauco, quienes ayudaron a sofocar las llamas, que cerca de las 20 horas pudieron ser controladas.
Fueron escenas de pavor, dijo Verónica Palma, habitante del sector, quien comentó que "el fuego comenzó por Bajo Huape, y con el viento que había se fue acercando rápido hacia las casas, así que con la ayuda de vecinos sacamos mangueras y comenzamos a tirar agua, a ver si podía ayudar en algo. Pero no pudimos. Seguimos con palas y ramas, sin la ayuda de bomberos. Si no fuera porque pasó un helicóptero y botó sobre nosotros el agua, se quema nuestra casa también".
Según Palma, de haber continuado el fuego, éste habría destruido la casa, que en realidad pertenece a su madre de 82 años, a quien ayuda en su cuidado.
Durante el día de ayer el personal técnico de Conaf, junto a dos brigadas recorrieron el sector para verificar que no existieran focos que pudieran generar un rebrote de las llamas. Por su parte, los viñateros comenzaron a entregar sus catastros a las autoridades, aunque hasta ahora les es imposible hacer un avalúo de las pérdidas, ya que -según dijeron- es un proceso bastante lento que involucra retirar la fruta consumida o descompuesta, y luego comenzar a trabajar la tierra, antes de poder volver a plantar y luego, esperar a que ésta dé un fruto que puedan comercializar.
Pérdida patrimonial
Efrocina Palma, de 87 años, no solo perdió una viña de 6,4 hectáreas, sino también la vivienda construida hace más de dos siglos, donde nació, fue criada, y además, ha trabajado durante toda su vida.
"Muebles finos, una mesa especialmente tallada, mi cama, mi closet, y todos los recuerdos de mi familia aguantaron varios terremotos, pero ahora se perdieron. No me queda nada. Sólo la ropa que tengo puesta", relató la mujer.
Su casa, que aún conservaba adobe en su estructura, recibió reparaciones durante los últimos años; no obstante, las llamas que el miércoles avanzaron en medio de un viento que superaba los 40 kilómetros por hora. "Siento rabia y mucha pena, pensando cómo voy a salir adelante con una pensión de vejez solidaria. Por mi edad ya no puedo ser usuaria de Indap y acá la mano de obra es escasa", señaló la mujer.
Ella, al igual que el resto de los afectados por el siniestro prefirió pernoctar en la casa de familiares, pese a que el alcalde de Ránquil, Carlos Garrido, gestionó la habilitación del gimnasio municipal como albergue. De hecho, la Seremi de Salud visó las dependencias, además de verificar que los vecinos no estuvieran expuestos ante una alerta ambiental por la alta cantidad de humo que se hizo presente en el lugar hasta la tarde de ayer, mientras los brigadistas de Conaf trabajaban inspeccionando y rematando cualquier vestigio que pudiera significar la reactivación del fuego.
Según comentó Jorge San Martín, las llamas tardaron menos de una hora en llegar al sector poblado. "Yo tengo 6 hectáreas sembradas. Esperaba la cosecha para los primeros días de abril. Uva de cepa 'país', 'italia' y 'corinto', pero lo que no se quemó quedó inservible por el calor que le llegó. Si se le suma el agua que le cayó, no podemos hacer nada", dijo Jorge San Martín, quien lamentó que de esta forma, se quedan sin los recursos para el resto del año.
"Lo único que han traído las empresas forestales a la zona es daño para nosotros. Se llevaron la mano de obra y se llenó de bosques. Ahora pensamos incluso en irnos, porque sabemos que si las autoridades no frenan la plantación de pino y eucaliptus, en tres años más vamos a tener otro incendio. ¿Y quién nos paga a nosotros? si ni siquiera existen seguros para estos casos", dijo con amargura San Martín, de 57 años. Igual situación cuenta María Vera, quien vive sola en Alto Huape. A ella la noticia del siniestro la tomó por sorpresa cuando se encontraba de paseo junto a un club de adultos mayores. "A esta altura, no sé de dónde voy a sacar fuerzas para volver a plantar todo. Es difícil a los 82 años. Estamos desamparados y sólo nos queda esperar que el gobierno o el municipio nos ayude", dijo.
Según los vecinos, ellos ya viven una emergencia agrícola, pese a que el gobierno aún no califique de tal forma la zona.
Víctor Rabanal, presidente de la Asociación Gremial de Pequeños Viñateros de la Octava Región señaló que a través del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap) esperan recibir ayuda. "Si estos pequeños agricultores no reciben un bono, sería una lápida a sus años de trabajo y esfuerzos por levantarse otra vez, incendio tras incendio", aseveró Rabanal.
"Si estos pequeños agricultores no reciben un bono del Gobierno, sería una lápida a sus años de trabajo y esfuerzos por levantarse otra vez, incendio tras incendio".
Presidente Asociación Gremial Pequeños Viñateros del Bío Bío
Hasta las 23 horas del miércoles estuvo reunido el Comité Operativo de Emergencia en la gobernación de Ñuble, donde se acordaron las nuevas medidas para combatir el incendio que permanece incontrolable y ya ha consumido 2 mil hectáreas en el sector Las Águilas, de la Reserva de Ñuble, en la comuna de Pinto. Según comentó la gobernadora Lorena Vera, el Ejército dispuso a las brigadas forestales de la institución castrense, y además, destacó la llegada de dos helitransportes "Súper Puma" del Ejército, con capacidad para trasladar brigadas completas de Conaf, que se trasladan diariamente al lugar que es de difícil acceso.