Anticiparse a las catástrofes
Las dramáticas escenas vividas en el norte de nuestro país son excepcionales, por cuanto en más de una década no se conocía una tragedia de esta magnitud. Pero ¿qué tan impensado sería que se repitieran en otros puntos del país?
Si bien Chillán no tiene las mismas características que las ciudades nortinas, es sabido que si llueven sobre 80 milímetros en menos de 24 horas el colapso sería evidente y los chillanejos sufrirían al menos con anegamientos importantes en calles y viviendas.
Para que ello ocurriera se requiere de un año más lluvioso que el normal, y pese a que en Ñuble la escasez de agua ha generado un déficit de 88% a la fecha, según Meteorología, el Fenómeno del Niño debería tender a normalizar las precipitaciones en los próximos meses y dar inicio a un año más lluvioso.
En ese contexto, es necesario recordar que una de las mayores deudas en infraestructura pública de Chillán es el Plan Maestro de Aguas Lluvias, pendiente desde el año 2012 y que consiste en el diseño de 32,7 kms. de colectores, canales, mejoramientos de esteros y obras anexas repartidas en siete canales, colectores y esteros diferentes, a un costo que -al año 2012- se calculó en más de 16.162 millones de pesos en obras civiles y 1.027 millones en expropiaciones.
Tras las graves inundaciones registradas en 2006, la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP contrató una asesoría que definió los trabajos prioritarios que se debían realizar en la ciudad para evitar inundaciones, uno de los cuales es el mejoramiento del Canal de la Luz. Para esta obra de riego se ha propuesto que se convierta en receptora de las aguas lluvias en invierno y además pueda entubarse, ambos aspectos resistidos por la agrupación de canalistas. Como contraparte, los vecinos ya han debido sufrir inundaciones en pleno verano, lo que hace más compleja y urgente una solución. Asimismo, se requiere la contratación de estudios, para la reparación y construcción de la red primaria y colectores de gran envergadura.
El plan maestro no cuenta aún no con un RS para su ejecución y obtención de recursos, y la magnitud de los montos involucrados hacen difícil prever su priorización en un corto plazo. A lo anterior, cabe sumar la situación deplorable que exhiben en la comuna varios puentes que conectan a sectores habitacionales, como el de calle Hernando de Magallanes, a un costado del Hospital de Chillán, y el puente de Callejón Maipón, que conecta a unas 170 personas. El uso y las lluvias han puesto su cuota de peligro a estos viaductos, que requieren urgentemente una reposición. La falta de previsión y anticipación por estas latas necesidades de la urbe podrían pasarles la cuenta a las autoridades de confirmarse los pronósticos de un invierno más crudo este año.