Dos variables han marcado este año con una ralentización en la venta de productos de calefacción, principalmente a leña, en dos de las principales de empresas comercializadores de la zona: restricción a determinadas marcas dedicadas a producir estufas de combustión lenta por nueva normativa ambiental y el cambio climático.
Sin embargo, ante la merma en la comercialización experimentada en otoño, las empresas chillanejas apuestan a que en las próximas semanas la demanda por estos productos -que representan en promedio un 80% de su oferta comercial-, aumente significativamente con el cambio de las condiciones climáticas y la llegada del invierno.
NUEVA NORMATIVA
Para Gabriel Muñoz, subgerente de Copelec Electro Hogar, en las ventas al 31 de marzo se apreciaba una baja del orden del 55%, de un total anual de 6 mil unidades.
Una de las razones es la nueva normativa para residuos de estufas a leña y derivados de la madera, que entró en vigencia el 1° de octubre del año pasado y que exige la certificación de los productos. La medida afecta a Bosca, Efel y Amesti.
"Estas marcas están siendo controladas por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles para disponer de un sello de certificación SEC en todos sus modelos, lo que ha atrasado la distribución en el retail nacional y regional", precisó Muñoz.
El stock es precisamente lo que afectaría a las empresas, aun cuando Copelec y Madrid Hogar se han caracterizado por disponer de un mix de productos para gas, leña, parafina y electricidad.
"Esta situación se acentúo más por la certificación de los productos de combustión lenta y nuestros proveedores están siendo más rigurosos de cumplir la norma", dijo jefa de local de Madrid Hogar, Yenny Rivas.
En este punto, aclaró, los proveedores están entregando productos con un rango calórico de entre 50 y 120 M2, menor a años anteriores.
CAMBIO CLIMÁTICO
Otro factor es el clima, que ha prolongado las condiciones veraniegas y ha retrasado la típica compulsión de compra de los chillanejos a fines de marzo y en el mes de abril.
"Este año ha sido más lento, principalmente por el tema del clima y por eso la gente ha estado más reacia a comprar calefactores, pese a que se han mantenido los mismos precios del año pasado", afirmó Yenny Rivas.
Frente a las medidas para evitar la contaminación en periodos críticos, confía en que ello no desincentivará la compra de este tipo de productos.
"Están llegando los productos precisos para la temporada que vamos a tener", comentó.
Ambas empresas también piensa en que el futuro las personas podrán optar en calefactores eléctricos por ser una energía limpia o por las estufas a gas, si bajan el precio de este combustible como pretende el Ministerio de Energía.
Otras alternativas son las estufas de combustión a pellets, que en el mercado local alcanzan un valor aproximado de $800 mil; las Bosca eléctricas, con un consumo de una hora de $360; y las a parafina como Toyotomi muy demandadas a nivel local .
La leña es el elemento que más usan los chillanejos para calefaccionarse por su costo y rango calórico explica la demanda por estufas a combustión lenta o que usen trozos compactos de biomasa (pellets) . Los precios en promedio $120 mil - valor al que se le debe incluir el kit de instalación. En el caso de las estufas a gas los valores fluctúan entre los $40 mil y 99 mil dependiendo también del modelo, rango calórico y marca. En el caso de los calefactores eléctricos el precio van desde los $9 mil hacia arriba incluyendo termo ventiladores, estufas a cuarzo u oleoeléctricas.
Marcelo Arroyo L.