El "Chilesaurus diegosuarezi", el nuevo dinosaurio chileno que plantea un "rompecabezas evolutivo" a los expertos
El "Chilesaurus diegosuarezi", de 145 millones de años y el primero del periodo Jurásico conocido en Chile, es un nuevo tipo de dinosaurio de los "más extraños descubiertos hasta ahora" y constituye un verdadero "rompecabezas evolutivo", según afirmó Fernando Novas, uno de sus descubridores.
La existencia de este dinosaurio se publicó ayer en un artículo de la revista Nature, firmado, entre otros, por Novas, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Buenos Aires, que estudió los huesos de este especimen.
El "Chilesaurus diegosuarezi" fue descubierto en 2004 en las cercanías del lago General Carrera, en la Región de Aysén (sur de la Patagonia chilena), por el niño de siete años Diego Suárez -en cuyo honor lleva el nombre-, hijo de geólogos chilenos.
Se trata de un nuevo dinosaurio dentro de los terópodos, aunque no pertenece a ninguno de los grupos conocidos hasta ahora, sino que "constituye el primer representante de un linaje hasta ahora desconocido para la ciencia", explicó Novas a EFE.
Entre los terópodos hay famosos carnívoros como el "Velociraptor" y el "Tyrannosaurus", pero, al contrario que éstos, el "Chilesaurus" era herbívoro, como lo revelan su pico córneo y los dientes en forma de espátula.
Así, el descubrimiento de este ejemplar refuerza las teorías de que la diversificación de la dieta hacia el vegetarianismo fue más común de lo que se creía hasta ahora entre los terópodos basales, indica el artículo publicado en Nature.
Del tamaño de un caballo pequeño, sus brazos eran robustos, pero las manos solo tenían dos dedos bastante cortos que terminaban en garras ligeramente curvas, lo que demuestra que no las usaba para cazar animales.
El Chilesaurus podría describirse, según Novas, "como un puma con cabeza de guanaco y manos atrofiadas como las de un avestruz".
Su anatomía causa además desconcierto entre los paleontólogos, ya que su cadera recuerda a la de los dinosaurios ornitisquios -estrictamente herbívoros- y los pies -anchos y de cuatro dedos- son similares a los de dinosaurios más primitivos. Por esa extraña combinación de rasgos anatómicos, Novas señaló que se trata de un "verdadero rompecabezas evolutivo" y aseguró que no existe la posibilidad de que esos huesos sean una mezcla de diferentes tipos de dinosaurios que estuvieran en el mismo lugar.
Diego Suárez encontró, mientras golpeaba rocas con un martillo en búsqueda de fósiles, una vértebra de pocos centímetros y una costilla, pero excavaciones posteriores sacaron a la luz más de una decena de especímenes "muy completos y articulados".
Tras el hallazgo, los fósiles fueron trasladados al Museo Argentino de Ciencias Naturales, en Buenos Aires.