Conmoción causa muerte de abogado chillanejo
tragedia. Vecinos encontraron el cuerpo sin vida de Gustavo Arias (58), quien también se destacó como poeta. PDI determinó que no intervinieron terceros.
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Dentro de los próximos meses, Gustavo Arias Contreras, publicaría su tercer libro de poesía y por eso había vuelto a ejercer como abogado. Sin embargo, su historia tuvo un abrupto vuelco una vez que sus vecinos de la población Chillancito lo encontraran muerto en su habitación.
El hecho quedó al descubierto cerca de las 14 horas de ayer y tras llamar a Carabineros, se dio cuenta de lo ocurrido a la fiscalía de Chillán, quienes instruyeron a la Brigada de Homicidios (BH) de la Policía de Investigaciones en el lugar, confirmando que se trató de una muerte por ahorcamiento.
"El personal concurrió al sitio del suceso y se pudo determinar que no habían lesiones atribuibles a terceras personas", afirmó el subprefecto Claudio Ramos, jefe de la BH chillaneja.
De acuerdo a la información entregada por el mismo oficial de Investigaciones, al momento de su muerte, Gustavo Arias se encontraba viviendo solo en una de las habitaciones del domicilio ubicado en la calle Manuel Montt.
Conmoción
El deceso de Gustavo Arias, de 58 años, causó impacto entre los vecinos del sector, ya que conocían al hombre como abogado y también en su faceta de poeta, destacando el estilo de los 'poetas malditos'.
"Sin duda que nos entristece y nos toma por sorpresa porque era un tipo alegre de espíritu", afirmó Andrés Rodríguez Araníz, poeta y amigo de Gustavo Arias, quien en 1999 editó su primer libro, llamado 'Vidrios rotos', y su segunda obra, titulada 'El Equlibrista Del Puente Las Toscas' recorría soterradamente las librerías y entre el círculo de amigos y poetas de Chillán.
Sus amigos dejaron sentidos mensajes en las redes sociales y dedicaron los versos de Jorge Tellier, quien fuera uno de los poetas que inspiró los versos que a lo largo de su vida escribió Arias.
"Él era una persona muy agradable, no podría decir cómo se desenvolvía como abogado, pero lo que más se conocía de él es que era muy abierto a conversar sobre diversas temáticas, sobre todo con gente sencilla y se recordará la humildad en su actuar", destacó Andrés Rodríguez.
De hecho, lo que más lamentó Rodríguez fueron los proyectos inconclusos que dejó.
"Al lado mío tengo las hojas del último libro que escribió. Fui uno de los primeros en leerlo porque precisamente, para su publicación, yo iba a escribir el prólogo", señaló Andrés Rodríguez, quien además destacó el aporte cultural que realizó el fallecido poeta.
Uno de sus cargos fue el de presidente del taller de Literatura y escritura "El Glamal", además de ser uno de los editores de la revista del mismo nombre que se publicó durante la segunda mitad de los años 90', difundiendo las letras inspiradas en las tertulias que sostuvo en la antigua vida bohemia de Chillán.