Por segunda vez en menos de un año, los empleados del peaje Nueva Aldea, ubicado en el kilómetro 21 de la Ruta del Itata, fueron víctimas de un violento asalto, perpetrado en esta ocasión por un sujeto.
El hecho se produjo alrededor de las 20.30 horas del día viernes y afectó directamente a la cajera que se encontraba atendiendo a los vehículos que a esa hora transitaban y se disponían a pagar su paso por la zona, que va en dirección hacia la planta de la Celulosa Arauco.
Según trascendió, el hombre que actuó solo y llegó a pie, intimidó a la mujer con un arma de fuego, aunque hasta ahora no se puede determinar si era de verdad o sólo una réplica falsa.
Tras el atraco, el delincuente huyó con 100 mil y la afectada se comunicó con carabineros del retén de Ñipas, quienes tomaron el procedimiento y realizaron los primeros patrullajes en busca del responsable, aunque fue una labor que no tuvo resultados.
El mayor Marcelo lagos, jefe de la Quinta Comisaría de carabineros de Quirihue, afirmó que "el sujeto utilizó la fuerza para perpetrar el ilícito", aunque dijo que toda la dinámica fue indagada por la Sección de Investigación Policial (SIP) de dicha unidad policial, quienes concurrieron al sitio del suceso y realizaron las pericias.
Además, el oficial de carabineros afirmó que tras la denuncia realizada por la entidad afectada, el Ministerio Público no ha delegado nuevas diligencias para esclarecer lo ocurrido y detener al responsable del robo con intimidación.
Historial de asaltos
En diciembre de 2014 fue la última vez que el peaje de Nueva Aldea fue el punto escogido por delincuentes para cometer sus fechorías.
En aquella oportunidad, fueron tres sujetos los que se acercaron a las casetas de pago para intimidar a los cajeros y arrebatarles el dinero de la recaudación. El botín fue de $80 mil y la SIP estuvo a cargo de las diligencias.
Pero en 2013, un robo ocurrido trascendió por ser el robo más cuantioso, ya que desconocidos se llevaron $11 millones, tras ingresar a las dependencias alrededor de la madrugada.
El modus operandi realizado por los ladrones fue violento, cubriéndose el rostro con capucha para no ser identificados por las cámaras de seguridad presente en las casetas.
Con este último atraco, el peaje dependiente de la ruta concesionaria del Itata sumó, desde su construcción, el sexto atraco.