Cada 5 de septiembre se conmemora en diversos países latinoamericanos el Día Internacional de la Mujer Indígena en homenaje a Bartolina Sisa, mujer Aymara que entregó su vida en defensa de su pueblo contra las fuerzas españolas durante la rebelión anticolonial.
Esta valerosa y aguerrida mujer indígena, por haberse opuesto a la dominación y la opresión de los conquistadores españoles, fue brutalmente asesinada un día 5 de septiembre de 1782. Actualmente muchas comunidades indígenas de Bolivia, Perú, Chile y Argentina le rinden homenaje en esta fecha, instituida oficialmente en 1983, en el marco del Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tihuanacu, Bolivia.
Sin duda una efeméride que, enmarcada en el Mes de la Patria, nos invita a reflexionar con respecto a cómo en la actualidad nuestro país va integrando a los miembros de pueblos originarios en el devenir de la sociedad y compartir el desarrollo de la nación.
Muchos municipios del país han adoptado la costumbre de dar una señal de hermandad durante este mes -y también en octubre- al izar la bandera del pueblo mapuche. Si bien se trata de una positiva iniciativa, el reconocimiento que debe hacer el Estado requiere todavía de mayores esfuerzos.
El síntoma de descontento, expresado en violencia, en zonas de la Región del Bio Bio y La Araucanía, son signos que los gobiernos no han sabido interpretar, en cuanto al llamado de atención de estas etnias y sentimiento de desvinculación social. Sin duda, nadie puede justificar con ello cualquier tipo de vandalismo o expresión violenta de fuerza, ni menos la quema de camiones o atentados contra hogares o familias. Ello debe contar con el máximo repudio social y la máxima preocupación policial y judicial.
Pero más allá de ello, siguen presentes en el ambiente demandas no atendidas y tampoco parecen atenderse ejemplos internacionales para buscar acuerdos y lograr avances.
El XVII Censo Nacional de Población y VI de Vivienda realizado en abril de 2002 estima que la población en Chile es de 15.116.435 habitantes, de los cuales 692.192 personas (4,6%) pertenecen a pueblos originarios, siendo el mayor número (87,3%) los mapuche. En la novena región, por lo demás, se concentra el mayor número de población indígena (29,5%) del país. Por esta razón, el gobierno parece haber perdido una oportunidad única de lograr acercar posiciones por medio del intendente Francisco Huenchumilla, hoy renunciado.