Se acerca el fin de año y junto con las altas temperaturas que ya se dejan sentir sobre la provincia, muchos bañistas comienzan a visitar los ríos, playas y piscinas con la finalidad de refrescarse y pasar un buen rato de descanso. Sin embargo, una de las mayores preocupaciones que se incrementa junto con el inicio de la temporada, es la falta de cuidado. Muchos bañistas se adentran sin mayor preocupación hasta ríos caudalosos o lo hacen luego de haber ingerido bebidas alcohólicas, lo cual aumenta el riesgo de accidentes fatales por inmersión.
De acuerdo al anuario estadístico de accidentes estivales, elaborado por la Armada y la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar), el número de accidentes ocurridos durante la temporada 2013-2014 alcanzó a 410 casos, de los cuales un 5,9% resultaron ser fatales, (muertos y desaparecidos). Mientras, que la jurisdicción de la Capitanía de Puerto de Talcahuano, que contempla algunas zonas de la provincia, registró el mayor porcentaje de estos casos con consecuencia fatal, un 12,5%.
El mismo informe da cuenta que previo al inicio de la temporada, Directemar desarrolló conferencias destinadas a promover la "autoprotección" en 283 colegios, con la participación de 18.246 alumnos y 1.164 docentes. Estos datos deben llamarnos a la reflexión, por cuanto pese a las campañas y a la gran cantidad de recursos que se destinan cada año para el rescate de personas y los planes preventivos, siguen ocurriendo accidentes por la total falta de cuidado de los veraneantes.
Otro aspecto relevante tiene que ver con el cuidado que le damos a estos espacios naturales.
Hace algunas semanas, en el marco del Día Internacional de la Limpieza de las Playas, voluntarios recolectaron más de 70 toneladas de basura desde alrededor de 112 kilómetros de riberas nacionales. Lamentablemente, estos desperdicios recuperados hablan muy mal del comportamiento que los seres humanos tenemos frente a un medios tan delicados como son el costero y el marino. La mayoría de los residuos son envases de plástico, bolsas, botellas y colillas de cigarrillos, pese a que sólo una bolsa plástica puede tardar más de 500 años en degradarse.
Es vital que exista conciencia y compromiso para el cuidado de las playas, tarea que debe incluir la educación de los niños, pero también abordar la cultura del "autocuidado" para disfrutar realmente de este recurso del cual Chile goza en todo su territorio.