José Luis Ysern
Sacerdote y psicólogo
La situación de las personas de calle es real y la tenemos en todos los lugares y nos debe preocupar; hay situaciones que pasan delante de nosotros y nos dejan insensibles porque estamos acostumbrados, algunos se preocupan más porque la bolsa bajó dos puntos y no cuando se informa que amaneció cadáver una persona en situación de calle. Ante todo debemos preguntarnos por qué ocurre esto, qué causas han llevado a algunos a morir en la calle, algunos perturbados pero no todos, y es que no necesariamente porque tienen facultades perturbadas están en la calle o viceversa, sino que más bien se rebuscan el modo de vivir.
Pero otros sí las tienen perturbadas y eso los hace vagar, como por ejemplo aquellos que se trastornan por causa de la soledad, así nos preguntamos están en la calle porque están perturbados o están con trastorno de personalidad grave por la misma situación de calle. Sabemos que muchas personas caen en trastornos psicológicos por herencia o transmisión genética, pero muchas ocurren por la interacción social, la gente se enferma por soledad o porque no viven una relación con sus familias o amigos acogedora, cariñosa o ternura, cuánta gente puede vivir una angustia profunda de soledad y por eso, cuando veo personas en situación de calle, me pregunto cómo habrá sido la historia familiar, de amistades o relacional de estas personas, ¿habrán vivido una experiencia familiar que los hizo felices o debieron huir de un ambiente insoportable o invivible?
Hay que terminar con el mito que una persona con las facultades mentales dañadas es peligrosa, si sabemos tratar a estos enfermos con el respeto que merece toda persona, yo aseguro que no reaccionará en forma agresiva, bien lo dice el dicho popular que de santo y de locos, todos tenemos un poco.