En virtud de una solicitud de información por la vía de Transparencia, la Subsecretaría de Redes Asistenciales confirmó recientemente que desde el año 2010 a la fecha, es decir en los últimos 5 años, han fallecido un total de 57.551 personas en espera por una atención médica y otras 10.083 aguardando por una cirugía en el sistema no Auge. La información ha tomado por sorpresa no sólo al propio Ministerio de Salud sino que también al senador por la Región del Bio Bío, Alejandro Navarro, quien requirió los antecedentes en julio de este año. De acuerdo a los antecedentes divulgados por el parlamentario, entre enero y noviembre de este año 508 personas que estaban inscritas como beneficiarios de tratamientos Auge en el país perdieron la vida mientras se gestionaba una atención oportuna que no llegó. En este mismo contexto, la propia directora de Fonasa, Jeanette Vega, ha reconocido que un 70% de estos decesos estarían relacionados con la espera por una atención médica, una situación grave a juicio del parlamentario y que se deriva de la falta de médicos en el sistema público de salud.
Pese a estos antecedentes, que se suman a la multimillonaria deuda hospitalaria que registra el sistema, de $246 mil millones según lo reconocido por la ministra de Salud, Carmen Castillo, para este 2015 y que algunas proyecciones amplían a $325 mil millones en el 2016, el Servicio de Salud de Ñuble ha logrado reducir esta compleja cifra mediante el uso de nuevos sistemas de gestión. Se trata de un Plan Extraordinario de Reducción de Lista de Espera Quirúrgica No Auge, anunciado el pasado 4 de agosto por la Presidenta Michelle Bachelet, que ha ayudado a reducir los 670 casos pendientes que se arrastran desde el año 2012 a la fecha. Gracias a este sistema se han concretado 360 cirugías y durante diciembre se dará solución a otros 69 casos registrados, mayoritariamente en espera de cirugía infantil, de adulto y traumatología. En definitiva, en cuatro meses se ha logrado resolver el 90% de los casos registrados.
No obstante a ello el propio Servicio de Salud reconoce que casi el 50% de los 601 egresos corresponden a rechazos voluntarios, inasistencias a la cita médica o cambios en la condición clínica del paciente, es decir, aspectos en los cuales no influye una gestión directa del sistema.
Sin embargo, el porcentaje mayoritario de decesos se ubica en la espera por una atención médica, aspecto que ha resultado especialmente crítico en Chillán durante este año, en que varios Sapus han funcionado de forma irregular debido a la falta de profesionales médicos. En este contexto, resulta urgente que el gobierno adopte medidas más concretas para solucionar a un breve plazo esta carencia -siendo una solución la contratación de facultativos extranjeros- y evitar de esta manera estas verdaderas desgracias familiares como asimismo la judicialización de estos casos por negligencia del sistema.