A 77 años de la gran tragedia
Acá debe existir una investigación interna, revaluar los protocolos de manejo en los casos de urgencia, y llegar al fondo del asunto para evitar que más "angelitos" dejen la tierra. Tales testimonios darían para un libro. Sin embargo nunca lo haré, porque es un tema triste.
Deben ser pocas las personas sobrevivientes de aquel momento trágico de la historia de Chillán. La Municipalidad ayer le rindió homenaje. Una de ellas es la señora Sinoh Jajam San Martín, quien a sus 91 años de edad, recuerda aquel 24 de enero, hasta con detalles mínimos.
Una grabación que su nuera Paz Le-Bert Rodriguez me hizo escuchar. En verdad cuando uno escucha testimonios de esta índole, llega al convencimiento que hace 77 años nos adueñamos de recuerdos inolvidables. En mi caso personal, tales testimonios darían para un libro. Sin embargo nunca lo haré, porque es un tema triste, que solo abordo como anécdota, que con los años se han ido acumulando y en alguna medida enriqueciéndose con otros terremotos, como el 1960 y 2010, los dos vividos en Valdivia, el primero, porque allí vivía y allí trabajé y el segundo, porque estaba allí de vacaciones.
Los tres me han dado tema para confrontar el comportamiento de los tres Presidentes que gobernaban Chile en esos años con este recuerdo, sin duda alguna, los meritos se los lleva el Presidente Pedro Aguirre Cerda. Había recibido su mandato, apenas hacía dos meses, cuando tuvo que enfrentar esta tragedia y lo hizo muy bien. Un amigo académico correspondiente por San Felipe, me regaló un ejemplar de "Las Ultimas Noticias" de Santiago del 25 de enero de 1939. Dos títulos de ese diario llamaron de inmediato mi atención. El primero en la portada dice:
"Se estiman en varios miles de muertos y heridos en Concepción" En su interior, el segundo titular dice: "A las 13 horas partió en un tren especial con una brigada de médicos hacía Concepción" Un tercer titular en otra página, se acerca un poco a la verdad: "A un millar llegarían los muertos y heridos en Chillán debido al terremoto". Hace medio siglo se estimaba entre 20 a 30 mil los muertos. Un subtitulo con una letra menor subrayada: "Avión de la fuerza aérea que voló a mediodía sobre esa ciudad anuncia que está casi completamente destruida".
No tengo dudas que estos últimos títulos fueron posibles, por la acción del Presidente, quien tan pronto se informó del hecho partió en auto, naturalmente por tierra, para ver en terreno cual era la situación. Así comprobó el grado de destrucción de Rancagua, Talca, Chillán y Concepción. De este modo las ayudas comenzaron a llegar a Chillán, donde el Presidente, finalmente, durmió. Instaló aquí la Intendencia y se dio a la tarea de preparar los proyectos de Reconstrucción y Auxilio. Lo demás es historia que todos conocemos y que hemos vivido durante 77 años, que culminaremos con el teatro Municipal este año.
Por Carlos René Ibacache I., Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.