Candidatos: pocas ideas
A juzgar por lo que se informa, solo 8 personas serían capaces para competir por la Alcaldía de Chillán, las que se reducirían a dos o tres, pero lo que extraña es que solo representan corrientes políticas de continuidad del actual modelo de administración municipal, con solo algunos matices distintivos que al final se reducirán en referencia al duopolio político y más de lo mismo, produciéndose -como decía mi abuelo que "se le cambia el collar al perro no más".
Seguramente se negociará por parte tanto de la Alianza y la Nueva Mayoría una salida par evitar "perder votos" y cumplir el objetivo de que el recambio quede en manos de una de las dos sociedades políticas que pese a su deterioro se reinventan y amparan en el estatus quo para que todo cambie solo de manos y nada cambie de fondo.
También comunicacionalmente los dos medios de prensa dan por sentado el hecho que a meses aún de concluir la fechas de inscripciones o de no estar definidas internamente las candidaturas ya no hay más que hacer. Como ciudadano me siento agredido por los medios en cuanto a mis derechos y el de cualquier ciudadano que pretenda acceder a la competencia en un ejercicio periodístico que dada la influencia del "Quinto Poder" cautiva y tiende a encasillar al ciudadano a solo estas opciones, siendo que en democracia todos y cada uno de ellos tiene el derecho a elegir y ser elegido; ahora, distintas son las herramientas de poder par hacer efectivo este derecho en una sociedad que nos brinda poco poder para ejercerlos.
De ideas pocas, todos rayan en lo mismo, como si la ciudad no requiérese transparentar su endeudamiento que se traspasa de gestión en gestión, re-definir su futuro plan regulador, recuperar su termas, áreas verdes, colegios, viviendas, trabajo, turismo, identidad de Ciudad, cultura, patrimonio, etc., y consultar a su gente mas allá de las cuatro avenidas. Hay gente que igual piensa y que no ve con buenos ojos a ninguno de los 8 propuestos y que optará por no votar y al final favorecerlos.
Enrique Edis Jara Rivera.
Recuerdo para el Ex Ministro Arenas
Nuestra Presidenta Bachelet promulgó la Ley que simplifica la Reforma Tributaria (R.T.) la cual fue aprobada en el año 2014. Se modificaron tres puntos, el sistema del Impuesto a la Renta, del IVA y del Código Tributario, situación que se da cuando al terminar el mes de enero la ciudadanía pudo ver con la alta velocidad con que se legislaba en el Congreso, algo así como "Ley que se asomaba el Congreso la aprobaba" (Un paréntesis: me recuerda parte de la letra de la Cueca del Guatón Loyola, "Combo que se perdía, lo recibía el Guatón Loyola), por lo que no sería raro que en un tiempo más se tendrán que realizar sendos ajustes a dichas aprobaciones aceleradas.
Pero volvamos a la R.T. Apenas se fueron conociendo de a poco en el año 2014 sus contenidos, los expertos tributarios y los afectados directa e indirectamente, e incluso la Sra. Juanita, fueron haciendo saber sus opiniones y dudas, pero palabras más, palabras menos, brillaron por su ausencia los oídos receptivos entre los creativos, productores e instaladores de la R.T., más bien los oídos sordos. Todo estaba decidido, Chile y los chilenos tendrían R.T. al precio que fuera.
El tiempo les dio la razón a los expertos, bien por las modificaciones, cuando van en el sentido del bien general; bien por la presidenta Bachelet por aceptar que la R.T. tenía imperfecciones, sin embargo ella debió invitar al acto y en su alocución citar(los) a quién(es) por su sordera crónica (también tratable) llevaron a Chile a perder tiempo, dinero y puestos de trabajo. Por el presente tan difícil de nuestra presidenta Bachelet, según sus propias palabras, habría sido muy justo que él (ellos) asumieran también las consecuencias por sus decisiones de llevar adelante la R.T., al precio que sea.
Luis Enrique Soler Milla.
Ley de Pesca
El Gobierno anunció la conformación de una comisión integrada por parlamentarios de la Nueva Mayoría para trabajar en cambios a la Ley de Pesca. Creemos que esta mesa debe ser pluralista y no solo considerar a congresistas cuyo único objetivo irresponsable es acabar con los empleos formales de nuestro sector. No debe dejar fuera a diputados y senadores que sí conocen de pesca, independiente de su color político.
Es importante también que esta comisión escuche a los verdaderos actores del sector, incluidas las organizaciones laborales y las autoridades de las regiones eminentemente pesqueras, como la del Biobío, cuya industria pesquera lleva 70 años desarrollándose y generando empleo, con sindicatos con contratos colectivos vigentes, con beneficios sociales y económicos.
La actual ley hay que analizarla, y desde una base técnica, hacer la crítica. El debate debe ser con altura de miras y abrirlo al mundo científico, sindical, industrial y a las organizaciones genuinamente representativas del sector artesanal.
Juana Silva Chávez, Presidenta Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Pesquera (FESIP).