Mañana se cumplen 204 años de la publicación de la Aurora de Chile, aquel periódico que marcó el inicio del periodismo de verdad en Chile y que abrió las puertas al derecho de informar y de ser informados. Su autor, un cura de la buena muerte, muy sabio en sus conjeturas, Camilo Henríquez González. El 12 de febrero de 1812 vio la luz el primer ejemplar de La Aurora de Chile, iniciativa de Henríquez que, a sus 43 años de edad, mostraba la plena madurez de su pensamiento y la solidez de su formación.
El periódico salió de entre las tinieblas de los salones de la época, en el marco de una elite estudiosa, culta y receptora de las corrientes del pensamiento europeo que hablaban de Libertad y Fraternidad.
Los comentarios y orientaciones contenidos en sus páginas alcanzaron tanta popularidad, que se dice que fueron el fundamento, la chispa de la explosión libertaria que recorrió al Chile de entonces. Y desde allí se consolidó como un vocero del pensamiento tolerante, progresista, abierto y sin cortapisas. A pesar de haber sido hijo de un capitán de infantería español, Camilo Henríquez recibió en Perú de niño, las influencias de fray Isidoro de Celis, fuerte defensor de la ciencia, el racionalismo y el humanismo.
Escribiendo bajo el seudónimo de Quirino Lemáchez, el cura de la buena muerte lanzó proclamas revolucionarias para aquellos tiempos: "Vosotros no sois esclavos: ninguno puede mandaros contra vuestra voluntad. ¿Recibió alguno patentes del cielo que acrediten de debe mandaros? La naturaleza nos hizo iguales, y solamente en fuerza de un pacto libre, espontánea y voluntariamente celebrado, puede otro hombre ejercer sobre nosotros una autoridad justa, legítima y razonable", escribe.
Las generaciones actuales de profesionales de la comunicación deben empaparse de Camilos, deben sacudirse de presiones provenientes del dinero o de otros intereses menores. ¡Que la realidad no se deforme, no se contradiga y que avance por derroteros del desarrollo integral de la sociedad, sin manipulaciones!. Es verdad. Resulta importante recordar precisamente ahora a Camilo Henríquez, hablar sobre su historia y sus escritos, analizar sus sentencias y proclamas, recuperar la credibilidad de antaño para proyectar futuros. Es lo que nos deja este cura, que tuvo la visión y el coraje para iluminarnos con aquella Aurora que hoy debe brillar más que nunca.
Miguel Ángel San Martín Periodista.