Humor político
A propósito de la comentada rutina de un humorista en la última versión del Festival de Viña donde el artista dedicó varios minutos a festinar con la clase política mientras el "monstruo" aplaudía cada uno de sus dichos, tristemente graciosos muchos de ellos, creo que es necesario reflexionar respecto de la responsabilidad que le compete al "monstruo" en toda esta rutina.
El ejercicio democrático supone una serie de riesgos, uno de los cuales es que el candidato de nuestra preferencia no salga electo. Por otra parte, para que el ejercicio democrático tenga sentido y no se transforme en una parodia del sistema de gobernanza deseado por todos, deben participar el máximo de habitantes de una nación, circunscripción o comuna (únicas escalas territoriales sometidas a actos de elección popular). Desde que el acto de votar es voluntario se constató una notable baja de la participación ciudadana en estos hitos de la actividad cívica. El resultado de esta baja significativa es que un menor volumen de electores fueron los responsables del paquete de representantes con los que actualmente cuenta este país.
Si a eso le sumamos la escasa responsabilidad que asume cada votante por su candidato electo respecto de sus actos, declaraciones o incidencia en las distintas materias donde participa, así como la desidia de un importante sector de la sociedad (principalmente jóvenes) para participar en este tipo de eventos producto de una desconfianza basal en el actual sistema de sociedad que hemos desarrollado o la ausencia generalizada de cultura cívica en la población como consecuencia directa de un sistema educacional degradado in extremis, se configura un cóctel muy deprimente y peligroso para cualquier nación donde la punta del iceberg en esta materia es un predominio de representantes que se asemejan más a personajes de opereta barata que a dignos administradores de la voluntad popular.
Marcelo Saavedra Pérez.
¿El político es un chiste?
Todo comenzó cuando la Familia Política & Asociados se reía en la cara de los electores haciéndole un sinfín de promesas, todas incumplidas, elecciones tras elecciones. Igual fueron siendo elegidos, pero dicha maniobra les funcionó hasta que las investigaciones de la prensa mostraron su "lado B", todas sus irregularidades y la ciudadanía comenzó a rechazarlos y hacer un verdadero festín con todos sus "arreglines", para llegar a lo visto con el humor en el Festival de Viña, comprobando la gran magnitud de su descrédito e impopularidad ante los chilenos, mostrando hoy que la vida del político está más cerca de ser un chiste. ¿Y ahora qué pueden hacer?.
Las opciones que tiene la Familia Política & Asociados son muy reducidas, tal vez la más indicada sea -y como una forma de hacer el acuse de recibo del duro mensaje de la ciudadanía- sencillamente comenzar a reírse de ellos mismos, por algo se dice que la risa es el remedio infalible, dado que exigir respeto a estas alturas del partido, considerando todas las "boletas, facturas, créditos truchos, colusiones, corrupciones, nepotismos" que han pasado bajo el puente, sin duda sería el mejor chiste del festival, digno de una gaviota.
Luis Enrique Soler Milla.
Proyección presidencial
Comienzan las infaltables especulaciones para el próximo período presidencial: Ya hay coincidencia en mencionar -inicialmente- a Sebastián Piñera, Ricardo Lagos e Isabel Allende, con la aprensión hacia los dos primeros ex presidentes por la mala fama de las segundas partes, en realidad actual. Y a la señora Allende la perjudica su apellido por asociarlo con su padre y la UP, involucrando al Régimen Militar, que también mantiene detractores.
Los escollos presentados por la señora Allende -además de ser hija de su padre- incluyen su irrestricto compromiso con la izquierda, actualmente en decadencia sudamericana según recientes elecciones en Venezuela, Argentina y Bolivia. Y Chile debería contagiarse por natural osmosis hacia el centro, o por lo menos hacia un régimen auténticamente democrático.
Al bajarle el perfil a ella, nos quedarían los dos colosos tradicionales: Sebastián, prometiendo la recuperación económica del país a través de la confianza ciudadana y de la empresa privada, pero de perfil vulnerable por haber demostrado su aversión hacia los miles de uniformados al determinar el cierre del recinto Cordillera -por conveniencia política- y traslado de militares veteranos enfermos a Punta Peuco, su tumba final, imperdonable acción que se dice dañó profundamente el alma militar.
Se rumorea que dicha actitud de Sebastián Piñera enervó a los militares, al grado de programar su rechazo en toda elección pública. Se ignora la autenticidad de esta cita y su incidencia cuantitativa en votación nacional.
En cuanto al panorama descrito, nos queda Ricardo Lagos, cuya presidencia dejó ciertos avances -como la Ruta 5 en manos privadas- pero a los FFCC bajo promesa incumplida pese a las inauguraciones masivas. Originó movimientos irregulares de dineros, y dejando al Transantiago en crisis.
David Benavente.