Efecto nocivo del humor
Rescatando el trabajo realizado por Natalia Valdebenito y algunos pasajes de Pedro Ruminot, las rutinas de humor conocidas de antemano por los organizadores y el canal televisivo tienen sus suspicacias.
El no haber un efecto de censura a las rutinas referidas al mundo político, que si bien expresan y representan lo que muchos sentimos, fueron reiterativas y en algunos casos groseras en exceso, puesto que aparte de no agregar nada que ya no sea conocido por todos, su efecto más que constructivo pasa tener un efecto nocivo para la sociedad y el futuro de solución o exigencias de solución a los problemas de un país en crisis y que no es para reírse a no ser que masiva mente tengamos una sociedad masoquista. Pero en un país donde todo está controlado por el poder económico y la TV, también algo hace dudar sobre el consentimiento y los efectos de las rutinas de humor, puesto que quienes consienten también en alguna medida forman parte de las propiedades de los que están involucrados en los casos de corrupción y malos manejos conocidos. Por esto es que cabe preguntarse si ante una sociedad como la chilena, ajena al compromiso por la política real, abstinente a la hora de sufragar no es a propósito la permisividad de este humor para generar un efecto de desahogo y conformismo de que a través de la ironía y la comedia quijotesca una sociedad descarga su ira, farandulea la realidad, recuerda marzo y luego sigue todo tal cual. Total de aquí a febrero de 2017 aparecerán otros bufones que se burlarán del rey para que la plebe ría complacida y el siga reinando como lo ha hecho siempre sin jamás censurar al bufón.
Enrique Edis Jara Rivera.
Humor en Viña
Sobre el humor político en el festival de Viña, el cual no ha dejado títere con cabeza y con justa razón por lo demás, sólo recordar una insigne frase y que cobra vigencia en virtud de los hechos en un escenario ciudadano inmejorable para promover reales servidores públicos y no personeros que sólo busquen su beneficio personal: el humor, al igual que la política, es sin llorar.
Rodrigo Durán Guzmán.
El MIR y el Servel
A poco de inscribirse un nuevo partido, el del MIR, pero como lo sabe hacer la extrema izquierda con todo descaro promete portarse bien como lo ha hecho en declaración de principios ante el Servel, en ella reniega de la violencia y otras yerbas. Quienes los conocimos en sus mejores tiempos y constatamos de lo que fueron capaces, tenemos fundadas razones para no creer en el cuento del tío; pues jamás van a renegar de las bases que le dieron nacimiento, la lucha armada y lo demás es solo cosmética para incautos. Luego vendrán los problemas y no habrá quién le ponga el cascabel al gato, eso es táctica.
Si como prometen ser tan democráticos, podría preguntárseles si estarían dispuestos a apoyar la extradición del terrorista Galbarino Apablaza desde Argentina, seguro al igual que el Partido Comunista que no cree en nuestras instituciones democráticas, que no cree en la justicia, se opondrían; entonces, ¿cuánto de democrático hay en ellos?, poco o nada y solo cuando les conviene y si no lo que han sido siempre, por ello a otro perro con ese hueso.
José M. Caerols S.
Referendum en Bolivia
Si bien por estrecho margen -2,58%- el domingo pasado los bolivianos dijeron "No" a la pretensión del Presidente Evo Morales de legitimar, "democráticamente" por esta vía (modificando el art. 168 de la Constitución del Estado) una candidatura suya en 2019 pro una tercera re-elección consecutiva. Tras conocerse los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral: 48,71% por el "Sí" y 51,29% por el "No", Morales, que ya lleva 10 años en el poder, manifestó: "Se ha perdido una batalla, pero no la guerra" y "Vamos a continuar con la lucha", y festinó con: "Los que dijeron Sí, dijeron siga Evo, y los que dijeron No, no te vayas Evo. A esta conclusión he llegado". Le quedan cuatro años de gobierno. "Los políticos deben vivir para la política y no de la política".
Jorge Saavedra Moena.
Renta vitalicia
Dirigir un país es una responsabilidad bastante grande y complicada. Por lo tanto las remuneraciones legales a recibir por los jefes (as) de Estado es justa y merecida. En lo que no estoy de acuerdo, y creo muchas personas deben pensar lo mismo, es haberles asignado una renta vitalicia después de haber terminado sus mandatos.
En los cuatro o más años que han gobernado, creo que han recibido lo que corresponde y mucho más, como para asegurarse un futuro. No quedan con los brazos cruzados ni necesitan una peguita extra para sobrevivir.
La renta vitalicia de los gobernantes es un insulto para los trabajadores y en especial para los pensionados que después de haber trabajado una vida, reciben jubilaciones irrisorias.
Jorge Valenzuela Araya.