"La economía está lenta, y habrá que hacer algunos ajustes, pero vamos a priorizar", dijo la Mandataria hace unos dias luego de reunirse en extenso con el Ministro de Hacienda y el Director de Presupuesto.
Lo que llama la atención es lo tardía de la reacción, que recién después de dos años del país creciendo apenas al 2% y con un precio del cobre que se acerca cada vez más a los US$ 2 la libra y con un 2016 que se augura incluso peor, el gobierno recién decida hacer ajustes que debió haber tomado hace varios meses atrás.
Sin embargo, lo que más preocupa es que independiente de los ajustes fiscales, que probablemente vengan en recortes de gastos corrientes y ajustes en inversiones, nada se hace para corregir el rumbo de las reformas que tanto daño han hecho y que son una de las principales fuentes de desconfianza que se ha instalado en el país.
Sin duda este ajuste ocurre tarde, luego de dos años de deterioro fiscal. De hecho, el balance fiscal efectivo que Hacienda proyectaba que alcanzaría el -1% del PIB en 2014, cada vez más se aleja de esta cifra, cerrando en -2,2% en 2015, su valor más alto desde 2009 y el segundo más alto de la última década, mientras que para este año proyecta un -3,2%.
Ante esta medida ya han comenzado a aparecer las primeras críticas desde el oficialismo a que se vaya a recortar el gasto en un año electoral. Sólo para ilustrar el punto, el Senador Navarro señaló que "Los ajustes fiscales van a tener costos políticos y electorales y alguien tiene que responsabilizarse de aquello".
De este modo, nuevamente parece que la irresponsabilidad política y la presión por dilapidar recursos públicos para fines electorales va a dar una dura batalla a las intenciones de contener y limitar el gasto en un escenario fiscal y económico complejo como el que atraviesa el país.
Si se revisa el crecimiento promedio del PIB y se compara con el crecimiento promedio del gasto fiscal por periodo presidencial, se tiene que Bachelet en sus dos periodos como presidenta sistemáticamente ha gastado 3 veces más que el crecimiento promedio del país. Así, en su primer período mientras el PIB país creció a un promedio de 3,3%, el gasto lo hizo al 10,5%, es decir, 3,2 veces más.
Esta situación se repite en el periodo 2014 y 2016, ya que según las cifras oficiales y las proyecciones para este año, en sus tres primeros años de su segundo mandato la economía crecería un 1,9% mientras el gasto lo haría en 6%, esto es 3 veces más, esperamos que la responsabilidad se imponga ante las presiones electorales de este año por el bien del país.
Frank Sauerbaum, Presidente Regional de Renovación Nacional en el Bio Bío.