Inclusión educacional
A propósito del Día Mundial del Síndrome de Down, quiero recordar que ya entró en vigencia la Ley de Inclusión Educacional que -entre varios aspectos no exentos de polémica- intenta regular la discriminación, especialmente a niños y jóvenes con discapacidad.
Según el II Estudio Nacional de la Discapacidad, el 20% de la población sufre alguna discapacidad, un 12,9% superior a la cifra arrojada por el Censo 2002. El estudio mostró también que los alumnos con discapacidad alcanzan 9,6 años de escolaridad y que el 6,6% de ellos ha accedido a la educación superior. Y es que recién desde 2010 Chile cuenta con una Ley sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad, la cual plantea que las instituciones de Educación Superior deben contar con mecanismos que faciliten su acceso, permanencia y egreso.
Obviamente, la ley apunta a jóvenes con discapacidad física o sensorial, que con estas adaptaciones curriculares pueden cursar con éxito carreras regulares. Pero ¿qué pasa con los jóvenes con discapacidad intelectual, como aquellos con Síndrome de Down?
Escasas instituciones de Educación Superior en Chile ofrecen para ellos alternativas de formación laboral, por lo que aquellos que antes han sido beneficiados con la educación inclusiva deben volver a la educación segregada para su formación laboral.
Estas alternativas no sólo son posibles, también pueden ser exitosas. En los 10 años del Diploma en Habilidades Laborales de la UNAB, dirigido a estos estudiantes, ya suma más de 230 egresados, muchos de los cuales llevan años trabajando. Ellos han tenido la oportunidad de continuar su educación en un ambiente inclusivo, favoreciendo así su plena inclusión social.
Esperamos que esta ley se extienda efectivamente a la Educación Superior y se pueda dar respuesta a este postergado segmento de la población.
M. Theresa von Furstenberg, Facultad de Educación Unab.
Marcha por la vida
Bastante contraproducente parece ser que exista gente que defienda el aborto en defensa de la mujer y la autonomía para decidir qué hacer con su cuerpo cuando recurre a la violencia en contra de defensores de la vida del no nacido.
Ya se está o se debería estar en una sociedad donde las opiniones se respetan y se tiene el derecho para expresarse, sin enfrentarse a tal violencia.
Mauricio Kaplan. Estudiante.
No más legislación
Los asuntos públicos están cada vez más complejos. Casi nadie entiende las nuevas regulaciones del SII, la Ley del Trabajo se está complicando como para que no la entiendan ni los autores y nadie ofrezca empleo. Así un largo etcétera. Sugerimos la creación de una Subsecretaría u organismo que se dedique a simplificar las leyes, eliminar las que están de más y aterrizar las que queden para que todos los ciudadanos las conozcan, las sepan interpretar y las puedan aplicar correctamente.
No más legislación. La que quede sea mínima tanto como las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés. Tarea difícil, pero no imposible.
Víctor Volante.
Las reformas no llegan a los campamentos
Airadas opiniones ha recibido la campaña: "Las reformas no llegan a los campamentos", realizada por la ONG Techo. El motivo es comprensible, puesto que en la ONG tienen razón, las reformas no están llegando a los más pobres. Claro ejemplo entrega la Directora Social de la entidad al indicar que un 66% de las personas mayores de 19 años que vive en campamentos no ha terminado su educación escolar, en contraste con el 39,5% a nivel nacional.
Teniendo presente lo que indican desde Techo, el desafío se encuentra en llevar a cabo reformas que beneficien a todos los chilenos y no sólo a quienes tienen capacidad de influir.
Así, una política educacional que llegue a quienes menos tienen y sirva además para igualar oportunidades, es la instauración de subsidios a la demanda en educación, sistema de financiamiento a través del cual el Estado entrega a las familias una cantidad de dinero -en la forma de cheques u otros- para que aquellas puedan costear la enseñanza de los suyos y elegir la escuela que deseen.
Una política como la anterior además permite a las familias incidir en la calidad de la educación que reciben, puesto que ahora, con capacidad de pago y conscientes de las sumas que se invierten, pueden exigir mejores resultados. Lográndose así que emerjan por igual la voz de todas las familias en el complejo proceso de alcanzar la calidad.
Iván M. Garay Pagliai , Director Ejecutivo Cheque Escolar.