La campaña de Ñublense encabezada por Fernando Díaz fue un verdadero fracaso y es por ello que en un total de 30 fechas los números entregan un promedio rojo.
Hay equipos que si bien no juegan bien, un claro ejemplo de ello es el ascenso del 2012, pero este año ni siquiera eso se logró y Ñublense estuvo lejos, muy lejos de pelear la opción del ascenso. En el primer torneo quedó a cuatro puntos de la zona de pos temporada o liguilla, mientras que en la segunda rueda la campaña fue en declive y quedó a ocho de distancia del último clasificado. Ni habla de la tabla general, ya que el campeón Temuco logró 62 puntos, contra los exiguos 37 del equipo de Díaz, es decir, 25 de diferencia.
La campaña siempre se centró en basar todas las expectativas en lo hecho como local, pero la esperanza se cayó cuando en la recta intermedia del torneo -y tras jugar tres partidos consecutivos de local- Ñublense perdió ante Concepción, Coquimbo y apenas empató sin goles contra Iberia. En total perdió tres partidos en el Nelson Oyarzún en el campeonato, de 15 en disputa, y empató en 3.
De visita fue el mayor fiasco. En 15 partidos solo ganó uno, contra Puerto Montt por 2 a 0, encuentro que en rigor se jugó en campo neutral en Osorno.
Otro dato no menor a considerar es la gran cantidad de goles en contra a pesar de tener un sistema ultraconservador. Teniendo jugadores para posicionarse más arriba en el campo de juego el técnico tiraba al equipo hacia atrás en forma constante. No se pueden omitir los errores individuales de cada jugador, lo cual permitió que Ñublense terminara entre las cinco equipos más batidos del campeonato, a pesar de tener un portero como Santiago Morandi que siempre respondió a las exigencias.
Finalmente no hay excusas que sirvan para justificar la mala campaña. Equipos como Concepción ni siquiera tienen al día a sus jugadores y se instalaron en liguilla. ¿La cancha, el viento, la lluvia?, nada explica la irresponsabilidad, ni siquiera las cábalas aquellas que hablan de pedir que se ponga música de AC/DC a la entrada de los equipos o culpar a personas que alguna vez hicieron machitunes en el camarín ahora realizaron una maldición.
Futuro de Rojos y DT
Hace un par de semanas ya se informó que salvo Sebastián Varas y los canteranos, el resto del plantel termina contrato con Ñublense y la verdad es que de la interna de los Diablos Rojos no hay ánimo de renovación.
Lo anterior producto de una campaña simplemente para el olvido, considerando los antecedentes de los jugadores que arribaron a Chillán a comienzos de temporada.
Sin embargo, hay un puñado de jugadores que por rendimiento podrían formar una base para el próximo campeonato.
Uno de ellos José Antonio Rojas, quien espera conversar con la dirigencia, al igual que Octavio Morandi, Pozo y Luis Flores.
Otro que también manifestó su intención de no emigrar de Chillán es el portero Pablo Reinoso. "Soy un tipo bien luchador y cuando no se dan las cosas más me gusta, en Ñublense me ha costado llegar porque han llegado buenos arqueros. Me quiero quedar, quiero sumar para que Ñublense esté donde se merece".
Varas, el capitán y goleador de los Diablos tiene contrato vigente, pero ya manifestó su intención de buscar nuevos rumbos, sobre todo en Primera División. "Está la intención de emigrar del club y más que darle las gracias a Ñublense se las doy a toda le gente de Chillán porque siempre me trataron bien. Ñublense me dio todo".
Cabe recordar que productos de sus fracturas, Pablo Parra y Tomás Lanzini mantienen vínculo con la institución hasta que reciban el alta médica.
Con respecto al director técnico, los principales nombres son los de Ariel Pereyra, quien pelea la liguilla junto a Concepción. Se suma Luis Musrri, quien tiene contrato por un semestre más con La Serena. Otro nombre que cobró fuerza en la última semana es la del estratega de Iberia, Nelson Soto, quien reconoció que ya hubo llamados por parte de Ñublense.
Los Diablos cerraron el torneo con promedio rojo.