Constanza Velásquez C.
Tras la muerte del pequeño León Smith, el pasado 24 de abril, nuevamente se abrió el debate en torno a la necesidad de que la gente tome conciencia sobre la importancia de la donación de órganos en nuestro país.
Chile está muy por debajo de los índices de procuraciones a nivel mundial con sólo 4 al año: Uruguay supera las 40 procuraciones al año, Costa Rica registra más de 50 y España más de 100 al año.
Luego que se aprobara la ley con respecto a este tema, en que todos los chilenos son donantes a no ser de que formalmente renuncien a ello en una notaría, la población tuvo una reacción inesperada: más de 10.300 personas a nivel nacional ya han firmado ante un notario la negativa con respecto a ser donantes.
Lo curioso es que, distinto a como se podría pensar, los números más altos de rechazo a la donación no se encuentran en Santiago, sino en Talca, donde hasta la fecha 1.223 personas ya han expresado su intención de no ser donantes, le sigue Santiago (607), Cauquenes (558) y en cuarto lugar nacional se ubica Chillán con 542 personas que se han acercado a hacer el trámite ante notario.
Acerca de la reticencia a donar órganos, que el año pasado llegó a un 53%, el director del Servicio de Salud de Ñuble (SSÑ), Iván Paul, comentó que "esto es un reflejo de la desinformación y desconfianza que existe en el sistema de donación, por lo que es necesario reforzar seguir trabajando para transmitirle confianza a las personas".
"Detrás de cada donante siempre existirá una familia como garante del proceso. Por lo anterior, es necesario insistir en lo indispensable que es la conversación al interior de la familia sobre la voluntad de ser donante", señaló Paul.
Más procuraciones, menos donantes
A pesar del alto número de chillanejos que han renunciado a la posibilidad de ser donantes, existe un dato paradójico al respecto, pues Chillán también es una de las comunas donde más procuraciones se han realizado en el país.
El hospital Clínico Herminda Martín es un referente a nivel nacional en procuración de órganos; así lo corroboran las cifras que indican que desde 2013 se han realizado 18 procuraciones, obteniéndose de ellas 51 órganos.
"Estas cifras dan cuenta del trabajo sostenido que han realizado los y las profesionales del establecimiento y que apunta por un lado, a organizar y coordinar internamente todos los recursos para contar con donantes efectivos y, al mismo tiempo, a promover la donación a través de distintas estrategias de vinculación con la comunidad", dijo Iván Paul.
En Chile las listas de espera son únicas nacionales, el 75% de los trasplantes son en receptores del Sistema Público de Salud y el sistema de donación de órganos es único y transversal. "El proceso de donación requiere de la intervención eficaz y sincronizada de múltiples acciones para concretar el trasplante. En este proceso pueden intervenir cerca de 50 profesionales en distintos lugares del país, lo que exige que la red de procuramiento funcione en óptimas condiciones. Esa es la labor de la Coordinación Nacional de Trasplante del Ministerio de Salud", manifestó la autoridad de Salud de Ñuble.
Mitos V/S realidad
Sin duda, el principal problema con respecto a la donación de órganos está en la desinformación de la población y en los diferentes mitos que se crean entorno a esta intervención una vez que la persona fallece. Por esto, desde el SSÑ desmintieron algunos de ellos.
Mito 1: "Si eres donante, médicos y paramédicos te dejarán morir para usar tus órganos para trasplante". Los profesionales de la salud siempre intentarán salvar la vida de las personas. Cualquier acción que no vaya en esta línea se encuentra en contra de toda ética y protocolos existentes. A esto se suma que la condición básica para ser donante es que se produzca muerte encefálica, lo que ocurre en casos muy puntuales e imposibles de prever. De hecho, se estima que sólo un 2% de los fallecidos del país pueden ser donantes.
Mito 2: "Existe la posibilidad de estar vivo cuando te sacan los órganos". La posibilidad de ser donante sólo se le plantea a la familia cuando la muerte encefálica es certificada. Esto ocurre sólo en un 2% de los casos, y nada tiene que ver con el estado de coma o vegetal.
Mito 3: "Los órganos se venden en el mercado negro". De acuerdo al artículo 13 de la Ley de Trasplantes de Órganos, la venta de órganos es un delito grave que está penado. En el caso que uno venda sus propios órganos el castigo es de presidio menor en su grado mínimo, pena que aumenta en caso de que la comercialización se intente a través de un tercero. Hasta el momento, nunca se ha comprobado un caso de venta de este tipo en el país.
Mito 4: "Al donar un órgano el cuerpo queda en mal estado y eso no permite un funeral normal, aumentando el dolor de la familia". Los equipos de trasplante realizan la extracción de órganos con el máximo de respeto, por lo que esta operación se lleva a cabo intentando mantener la mayor normalidad para la familia del donante.
Mito 5: "La familia del donante se encarga de los costos del trasplante". En ningún caso es la familia quien asume los costos, ya que estos se traspasan al sistema de salud al que está asociado el receptor o receptores de los órganos del donante.
Mito 6: "Uno no se puede arrepentir de ser donante". Todos somos donantes, a menos que realicemos una declaración jurada ante notario para ser incluidos en la lista de no donantes. Sin embargo, lo más importante es el conocimiento que tiene la familia respecto a nuestra voluntad de ser donantes o no serlo, ya que son ellos quienes finalmente decidirán.
Con respecto a lo anterior, la psicóloga Pilar Landeros indicó que los mitos que se crean alrededor de la donación de órganos tienen que ver con la necesidad de explicar y comprender el proceso de la muerte y así evitar el miedo que se genera alrededor del tema. "Cada persona es libre de efectuar dichas interpretaciones basándose en experiencias, en la información o desinformación que tengan respecto al tema y sobre todo, porque en nuestra sociedad no se acepta ni comprende el concepto de 'muerte cerebral' y 'muerte', ya que en la mayoría de los casos se desconocen ambos términos, sobre todo el primero que se relaciona directamente con la donación de órganos", precisó.
Según la profesional, el miedo principal que existe es la posibilidad de una muerte sólo aparente; temor a ser declarado muerto prematuramente con el único propósito de que los órganos puedan extraerse y por consiguiente ser donados. Así como también lo es la negación ante la propia posibilidad de morir.
"Una forma de combatir esto es a través de un cambio cultural respecto a la concepción de la vida y la muerte. Aceptar que la persona diagnosticada con muerte cerebral ha muerto y que los órganos de aquella persona pueden prolongarle la vida a otro ser humano", finalizó la psicóloga.
10.335 personas
a nivel nacional han hecho el trámite en notaría de firmar una declaración para no donar sus órganos. 542
personas en Chillán ya han firmado ante notario su decisión de no ser donantes de órganos.