El momento de la presentación de la demanda de Chile contra Bolivia por el estatus y el uso de las aguas del sistema del Río Silala nos sorprendió. Lo que era absolutamente previsible es la reacción de Bolivia: el anuncio de una contrademanda.
Hay que recordar que en marzo pasado Evo Morales informó que su país estaba preparando una demanda contra Chile. Lo que pocos saben es que desde 1997, año en que Bolivia comenzó a levantar la tesis de que las aguas del Silala debían ser de su uso exclusivo, la Cancillería chilena comenzó a realizar estudios técnicos sobre el tema.
Con base a ellos es que en 2009 se llegó a un pre acuerdo para la gestión compartida del río, negociación que Bolivia abandonó a último momento. Así, aunque el anuncio sorprendió hasta a los expertos, hay que hacer hincapié en que Chile se ha estado preparando por casi dos décadas para solicitar la resolución de la disputa a un tribunal internacional. Mucho se ha dicho sobre el peligro de esta demanda debido a lo que han llamado la "teoría del empate". El mito que dice que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) es salomónica ha generado opiniones sosteniendo que si se le da la razón a Chile en una demanda, se la tiene que dar a Bolivia en la otra. Quiero enfatizar que la CIJ resuelve de acuerdo a derecho. Los ejemplos más cercanos son una serie de casos que tanto Nicaragua como Costa Rica han presentado a la Corte en los últimos años, los que han sido resueltos, en lo sustantivo, totalmente a favor de Costa Rica. El peligro del empate no es tal. La certeza jurídica que nos entregará la Corte hace que esté absolutamente justificado recurrir a ella.
Lo anterior nos lleva a destacar la importancia de mantenernos dentro del Pacto de Bogotá. Responder ante las demandas que otros países han presentado contra nosotros es solo una cara de la moneda. La otra es la que estamos usando ahora. El tener a nuestra disposición un tribunal internacional cuyo dictamen es obligatorio para las partes, en el que han participado activamente la mitad de los países del mundo y que ha revisado cerca de doscientos casos, nos entrega seguridad jurídica.
Al reafirmar la competencia que le entregamos a la Corte a través de esta demanda, se está demostrando que Chile tiene un compromiso con el derecho internacional, el que nuestros vecinos también han demostrado al recurrir a la CIJ para que sea ésta la que resuelva nuestras controversias, compromiso que esperamos se mantenga cuando tengamos una sentencia.
Constanza Fernández Danceanu, Abogada y analista internacional