"Cómo no voy a querer al club, si estuve en la sala de parto de este nuevo Ñublense"
Resumir el vínculo y el paso de Luis Marcoleta por Ñublense en una página es un espacio inmerecido para uno de los técnicos más exitosos de la historia centenaria del cuadro chillanejo.
Fueron cuatro años plagados de logros. Solo a modo de un escueto resumen cabe recordar que tras el despido de Esaú Bravo, el director técnico proveniente de Concepción, tomó el equipo en Tercera División y lo llevó al fútbol profesional, no sin antes vivir los imborrables e infartantes encuentros finales contra Curicó Unido, club que actualmente alberga a Marcoleta.
En el 2005 se hizo una campaña positiva, clasificando incluso en puestos de liguilla, debiendo ceder el cupo por aspectos reglamentarios. Ya en el 2006 fue el motor del ascenso a Primera División en una temporada en la cual el estadio se llenaba fecha tras fecha, participación que se vio coronado con el triunfo por 3 a 2 contra San Felipe, rival que casi desata la amargura en el Nelson Oyarzún.
En el 2007 la participación en la máxima categoría del fútbol profesional fue positiva, sin embargo, el vínculo se rompió, aunque luego Marcoleta regresó el 2010 para salvar a los Diablos del descenso. A mediados del 2011 fue despedido por una mala campaña en Primera y con lo cual cerró la ventana, aunque siempre su retorno está latente.
- ¿Cómo recuerda su paso por Ñublense?
- Fue uno de los años más significativos de mi carrera deportiva. Recuerdo que llegué a mediados del 2004 y Sergio Zarzar junto al resto de la dirigencia me dijeron que tenían muchas aspiraciones con el equipo que tenía y lo que más me sedujo fue el entusiasmo que me mostraron y eso me llevó a sumarme al sueño de ellos y fue así como comenzamos a trabajar con un buen equipo, pero con un plantel que era corto. El equipo fue muy obediente a un liderazgo, a un trabajo y a una metodología, buscamos la unión y la cohesión de equipo, comenzamos a funcionar hasta llegar a la liguilla final.
- ¿Cuáles fueron las claves de la recta final del 2004 como técnico?
- Me acuerdo que en ese tiempo usábamos mucho video motivacional, incluso hicimos uno en el cual entrevistamos a los papás a las esposas, o a los abuelos, todo eso fue muy emotivo, muchos lloraban. Lo que les quise decir es que podíamos fallar en un pase, en un gol o en la marca, pero no a nuestros seres queridos y ahí les puse el video. Como entrenador fui entendiendo que en etapas claves hay que apelar a la mente y al corazón de los jugadores, ya que eso fortalece más allá de las tácticas. Siempre tiene que existir la convicción de luchar hasta el final y de que las cosas se pueden revertir.
- ¿Cuándo llegó a Ñublense no se pactó no se pactó ningún sueldo mensual?
- Sergio Zarzar me dijo lo que quería, pero nunca hablamos de sueldo, simplemente hablamos de ir por el oro. Ni siquiera acordamos monto del premio ya que después que se terminó el torneo me estaban preguntando que cuánto les iba a cobrar.
- ¿Y cuál fue su motivación para acceder a ese tipo de convenio?
- La verdad es que se generó una confianza y una amistad muy grande, la verdad es que hay una línea entre la profesión y la amistad y en este caso se traspasó y fue ahí cuando me comencé a empapar con la institución, comencé a quererla, cómo no voy a querer al club, si estuve en la sala de parto de este nuevo Ñublense, subimos de Tercera a Segunda y luego a Primera. Todos trabajábamos para que a Ñublense le fuera bien y se fue dando un espíritu muy bueno con la gente, todos se empaparon con la institución. La gente se acercaba a los jugadores, se fotografiaban con ellos y los dirigentes vendían entradas.
- ¿Cómo se planificó el trabajo del 2006 que terminó en el ascenso a Primera División?
- Dejamos una base del 2005 y se formó un plantel muy especial, con muy buenas personas que es una de las características que siempre busco en mis equipos. Sin embargo, en un momento Melipilla nos sacó hasta 16 puntos de diferencia y en la recta final comenzamos a remontar y finalmente terminamos igualados en la tabla.
- ¿Cómo se remontó ese partido contra San Felipe en el cual iban perdiendo?
- Hubo que apelar a la garra, a la fuerza, al corazón y a decirle que el esfuerzo y la humildad que habían mostrado durante todo el año había que ratificarlo en esos últimos 45 minutos. También les dije que no podíamos fallarle a mucha gente que había confiado en nosotros. Finalmente logramos ese objetivo.
- ¿Se siente en la historia de Ñublense?
- Creo ser parte de la historia de Ñublense en el proceso de consolidación porque fueron años con muchos logros, incluso en el 2007 hicimos un buen torneo con un presupuesto no muy alto e incluso peleamos la opción de meternos en los play off enfrentando a Cobreloa, pero hasta ahí llega mi relación con Ñublense porque después llegó la Sociedad Anónima y según mi punto de vista no se dio el mismo ambiente.
- ¿En qué momento se quebró la relación deportiva con la Sociedad Anónima?
- El último partido del torneo del 2007 lo jugamos con Wanderers en Valparaíso, ganamos por 1 a 0 y con ello clasificamos al repechaje contra Cobreloa. Todo el plantel estaba feliz, menos los dirigentes y eso a mi me descolocó, uno siempre aspira a ganar algo, lo hice ver y eso no agradó, por eso di un paso al costado y finalicé mi ciclo con relativo éxito.
- ¿Le gustaría volver a Ñublense?
- Nunca le he cerrado las puertas a Ñublense, claro que puedo volver y con la mejor gana y disposición, guardo mucho cariño por el club por todo lo que logramos y eso es algo que valoro mucho.
"Fue un logro todo lo que hicimos en esos años y con los mismos dirigentes y con un espíritu amateur de darlo todo por Ñublense. Fue algo espectacular". "En el 2005 no podíamos subir, pero fuimos campeones en las gradas".
2004 MARCOLETA
Llevó a Ñublense de Tercera a Segunda, mientras que en el 2007 ascendió con los chillanejos a Primera. En el 2010 los salvó del descenso.