"Tuve que salir casa por casa a pedir plata para que Ñublense me inscribiera"
Lejos de la era de los representantes de jugadores y de los videos editados para promocionar a un futbolista, Luis "Bigote" Godoy llegó a Ñublense por méritos propios.
El hombre nativo de Bulnes fue protagonista en un duelo contra los Diablos Rojos de Chillán, defendiendo la camiseta de la selección de su comuna, instancia en la cual desplegó parte de su talento que luego lo catapultaron como un insolente puntero derecho, lo que le permitió ser campeón con Huachipato y jugar en clubes como y Audax Italiano e incluso llegar a la Selección Nacional en 1970.
Antes de esa travesía, el delantero supo de los casi ascensos de Ñublense que muchos explicaban como una especie de maldición por la camiseta con el diablo en el pecho. También jugó por Ñublense en 1981, la peor campaña de un equipo en Primera División a nivel nacional.
-¿Cómo llega a Ñublense?
Antiguamente Ñublense salía a jugar a las comunas y producto de eso existía la posibilidad de que algunos jugadores se mostraran frente al cuerpo técnico, ya que en esos tiempos no había divisiones inferiores. No había empresarios o representantes de jugadores y producto de eso se perdían muchos jugadores de comunas. Ñublense fue a jugar a Bulnes ese año (1969) y el entrenador del equipo era Walter Peduto, él habló conmigo y me dijo que fuera a Chillán porque tenía interés de que me sumara a Ñublense. La verdad es que ese día hice un gran partido, perdimos 4-2.
-¿Cómo asumió esa invitación?
Lo hice con mucha ilusión y con todas las ganas de querer hacer bien las cosas. La noche anterior del viaje a Chillán me desvelé, eran otros tiempos, uno era más de provincia y trataba de pasar desapercibido y lógicamente que el técnico me llamara produjo una gran inquietud en la gente del pueblo y fue una gran alegría por los bulnenses.
-¿Qué pasó en 1971 que Ñublense no pudo subir, sumando otro año más en el cual estuvo al borde del ascenso sin lograrlo?
La campaña de 1971 fue espectacular, punteamos prácticamente todo el campeonato, estuvimos 22 fechas invictos; incluso creo que a la larga fue eso lo que nos perjudicó, ya que no teníamos un plantel muy rico en jugadores y los relevos no eran de la misma categoría de los que estábamos jugando. Y como nuestra campaña era buena, a la gente de la región le llamó la atención y un día nos invitaron a jugar un partido amistoso y en ese encuentro caímos tres jugadores lesionados de gravedad, con problemas físicos de recuperación muy larga, dos se desgarraron y yo me quebré la clavícula. Íbamos siete puntos arriba de Naval, nos alcanzaron y nos pasaron por un punto.
-¿Influyó el tema de la camiseta con el diablo en el pecho?
No digo que sea una maldición, pero si era extraño que el equipo peleara el ascenso hasta el final y no lo lograra, había algo en el ambiente que condenaba a Ñublense para que saliera segundo. Simplemente son cosas que se dan en el fútbol, en este deporte nunca se puede predecir una ubicación en la tabla, todo se da en la medida que van jugando los partidos. Por lo menos lográbamos mantener una hinchada muy identificada con el club, jugábamos con siete mil u ocho mil personas en las tribunas.
-¿Qué recuerda de su paso por la Selección Nacional en 1970?
Tuve la oportunidad de tener un viaje al extranjero en los años en los cuales China aún era un país cerrado al resto del mundo. En Chile estaba el régimen de Salvador Allende, que era del mismo tipo que el de China, así que los países se pusieron de acuerdo. Estuve dentro de los 28 jugadores que estuvieron trabajando en Juan Pinto Durán para ir al minimundial de Brasil, pero no estuve en la nómina final de 20, pero justo llegó la invitación de China y los que no fuimos a Brasil quedamos automáticamente listos para ir a China.
-¿Cómo valora la experiencia con el paso del tiempo?
Fue una cosa realmente bonita, ya que con muy poca experiencia como jugador y viniendo de un pueblo pequeño como Bulnes, tuve la oportunidad de subirme a un avión, defender al país y conocer otro país como China. Las visitas a ese país fueron controladas, pero culturalmente fue muy provechoso, nos llevaron a la gran Muralla China, algunos palacios, fue algo fuera de todo contexto sobre lo que uno pensaba de China.
-¿Qué significa Ñublense en su vida?
Significa mucho. Fue el club que me dio la posibilidad de iniciarme en el fútbol profesional y con ello poder sumar un cúmulo de experiencia. He recepcionado de muchos técnicos toda su sabiduría, independiente de los clubes en los que estuve, siempre traté de ser ganador en la vida y en los negocios.
-¿Cómo recuerda la campaña de 1971?
Fue una experiencia muy fea la que vivimos, porque estuvimos muchos meses sin cobrar, hicimos una huelga y a los 14 jugadores profesionales nos despidieron.
-¿Alguna anécdota producto de los malos momentos económicos del Rojo?
Cuando Ñublense me quiso incorporar al plantel profesional, hubo que pagar una inscripción al fútbol amateur. Ñublense tenía muy pocos recursos, entonces lo que hice fue conseguirme una urna que se usa para sufragar y tuve que salir casa por casa a pedir plata para que Ñublense me inscribiera. Al final lo logramos, pero fue algo increíble. Así eran de pobres los clubes antes, todo pasaba por los dirigentes.
"El Diario El Clarín de Santiago me puso "Bigote" porque era poca habitual de la época, la verdad es que nunca me he afeitado". "Una vez jugando por Audax Italiano me rompieron el labio, pero el doctor hizo un buen trabajo para no cortarme el bigote"."
En el cual Luis "Bigote" Godoy y con solo 19 años, llegó a Ñublense para jugar durante tres temporadas consecutivas. 1969