El fútbol sin duda es pasión de multitudes. Lo acreditan las miles de personas, niños, jóvenes, y también damas, que los fines de semana practican esta disciplina deportiva o que al menos siguen sus pormenores, tanto en torneos amateur como profesionales. Pero en Ñuble, el principal ícono representativo de este deporte es sin duda Ñublense, una verdadera pasión provinciana que comenzó a forjarse hace cien años de la mano de Liceo Fútbol Club, rama deportiva vinculada al Liceo de Hombres Narciso Tondreau. Ya por esos años comenzaba a correr la pelota de cuero, en los pies de jóvenes que quedarían en los libros de historia local hasta que en 1942 pasa a llamarse Club de Deportes Ñublense.
Por el equipo figurarían jugadores, dirigentes, técnicos, preparadores físicos, hinchas, que marcarían a toda una ciudad con hazañas deportivas memorables y que eran vitoreadas por la recordada barra del Mercado, que se identificó enormemente con el deporte y sus protagonistas.
En su historia centenaria, el club contó entre sus filas a verdaderos íconos nacionales, que quedarían grabados en la memoria. Nelson Oyarzún Arenas o Esaú Bravo son sin duda los técnicos más recordados, junto a sus campañas y a su profesional manera de concebir este deporte. Junto a los técnicos, varios jugadores, como el pretérito Luis Venzano, José "Pepino" Borello, Mario Cerenderos, Mario "Gol" Lagos, Néstor Zanatta, Sergio Nichiporuk, entre otros, se ganaron el cariño incondicional de la hinchada por dar todo de sí en cada instancia de competencia, así como también dirigentes como Sergio Zarzar, John Andrade, Casiano Andrade o Reiniero Iraira destacaron por poner primero al club y bregaron por posicionarlo por sobre las dificultades económicas que debieron enfrentar. Entre los grandes precursores hay sin embargo más nombres destacados, quienes traspasaron su pasión a nuevas generaciones de chillanejos y ñublensinos que hoy todavía vibran con cada partido los fines de semana y se identifican, así como sus padres o sus abuelos lo hicieron antes que ellos, con la roja camiseta y el escudo endiablado.
Esta semana, la comunidad ñublensina tendrá la oportunidad de sumarse a los festejos por el centenario de un club que ha mantenido en alto la práctica deportiva y los valores de camaradería, honor, sana competencia y orgullo por ser un equipo de provincia que ha incentivado con sus insignes hombres a que muchos niños y jóvenes sigan su ejemplo. ¡Felices cien años Ñublense!