En el pueblo italiano de Consonno se jactan de ser los únicos en la Tierra que juegan al escondite. El campeonato mundial de esta habilidad se realizará el 3 y 4 de septiembre próximo. La novedad es que participarán sólo personas entre 25 y 40 años. Lo que no saben los italianos es que el juego se practica desde hace muchos años en Chile. Antes, lo hacían sólo los niños. Ahora, lo practican los adultos.
La lista es larga. Hoy se esconden los gerentes que quieren postergar pagos de facturas. Lo hacen a través de sus contadores: "Venga la próxima semana. El gerente anda fuera de Santiago". También lo hacen los privados que deben plata: "Diga que no estoy, que no sabe a qué hora vuelvo". Juegan a las escondidas los irresponsables que no quieren pagar las pensiones de alimentos de sus hijos. Cambian de domicilio y es imposible localizarlos. En las oficinas, los malos empleados se esconden en algún rincón perdido, a fin de practicar el viejo arte de "sacar la vuelta". En los bancos, el escondite favorito de los cajeros es el servicio higiénico.
En un diario en que trabajé muchos años, a un periodista le decían John Wayne. Cada vez que alguien lo buscaba o lo llamaba, la respuesta era la misma: "Anda en una diligencia". Se esconden, a veces una hora o dos, los médicos detrás de las puertas sus consultas, mientras los sufridos pacientes los buscan por todas partes.
En la administración pública también juegan al escondite. Si no lo cree, vaya a una repartición fiscal, no sólo durante los 45 minutos de colación, sino mucho después. ¡No hay nadie! Los más audaces dicen que están realizando trabajo interno. Otros que juegan hace años al escondite son los trabajadores de las isapres y las tan de moda AFP. Si uno telefonea, responde una música insoportable, que pretende ser grata: "Nuestros ejecutivos se encuentran ocupados".
Los gasfíteres, electricistas y otros técnicos también son expertos en ocultamientos. Anuncian visitas que no realizan. Si uno trata de ubicarlos, recuerda el título de la película: "Misión imposible". ¡Ni qué hablar de los técnicos en computación! En los "servicios al cliente" no lo hacen nada de mal. Hay que muchos donde, en lugar de servir al consumidor, se sirven de él y no dan satisfacción alguna.
Por ahí apareció un psicólogo (no le gusta que la palabra se escriba sin "p"): es bueno ocultarse y correr, porque libera endorfinas y tiene un efecto antidepresivo. Sin duda, tiene razón. Entonces, los chilenos deberíamos escondernos más, porque el 17,2% sufre depresión, según el Ministerio de Salud y la enfermedad es hoy la primera causa de licencias de salud en el país.
Raúl Rojas, Periodista-Académico-Escritor.