Ahora somos más sinceros
En el caso de emergencias, los hospitales o clínicas no podrán cobrar por el uso de estacionamientos durante el tiempo que dure su estadía en el recinto de salud. El 35% está satisfecho con la forma de ser de los chilenos y se siente contento de la sociedad en que vivimos.
Parece que los chilenos mentimos menos hoy. Hasta hace poco, la moda, al responder una investigación, la mayoría respondía que éramos muy felices. Hay síntomas de que estamos más sinceros. La reciente Encuesta Chilescopio 2016 concluyó que sólo el 59% se siente feliz. Antes era el 65%. Hay cifras significativas. Un 88% reconoce la familia como lo más importante de la vida. Quedó atrás la época en que asignábamos al primer puesto a los amigos y al trabajo. Lo que no resultó claro fue que el 32% afirmó que a menudo tiene tiempo libre después del trabajo. ¿En qué ciudades hicieron el estudio? Desde luego, no fue en Santiago, donde el tiempo libre desapareció hace muchos años.
Un 87% aseveró que ve televisión semanalmente o todos los días. Esto ratifica el 90% de sedentarismo y una realidad comprobada por otras encuestas: nuestra nula afición a la lectura o a la conversación. Mucha gente prefiere vivir en la isla de la fantasía de la pantalla chica, que cada vez es más grande. También reafirma nuestro creciente individualismo y aislamiento.
El 35% está satisfecho con la forma de ser de los chilenos. El mismo porcentaje se siente contento de la sociedad en que vivimos. Si es así, ¿por qué son tan elevados nuestros índices de aislamiento y agresividad y las constantes quejas por todo? Otras afirmaciones son contradictorias o complementarias, según como se miren. Sólo un 18% cree que el país está avanzando, en tanto que un 68% piensa que se deben hacer grandes cambios. ¿En qué dirección?
El colmo se produce cuando un 47% califica su situación económica como buena o excelente. ¿Por qué entonces la mayoría reconoce que sus ingresos no le alcanzan para llegar a fin de mes y estar "endeudados hasta las orejas"? ¿Por qué, si nos va tan bien, los morosos, cobranzas, remates, quiebras y cierres, así como la cesantía, aumentan día a día?
Y otro hecho que preocupa: la encuesta comprobó que sólo un 36% reconoce el rol de la religión. O sea, para usar una expresión coloquial, nos hemos convertido en "hombres de poca fe".
Ni qué hablar de la política, que sólo merece un 15% de reconocimiento. Este pobre resultado se lo ganaron con creces sus protagonistas que, casi sin excepciones, no se han comportado particularmente honestos y han demostrado que, más allá de los intereses del país y de sus ciudadanos, su prioridad es la conveniencia propia y de sus camaradas, compañeros, correligionarios o como quieran llamarse.
El tema no es amargo ni triste ni solemne. Sólo persigue motivar un instante de reflexión, previo a las festividades patrias, cuando todo parece olvidarse, al calor de un "terremoto", una empanada o un choripán. La meditación debe llevarnos al manoseado grito: "¡Vamos, chilenos, que se puede!" Si efectivamente se puede, empeñémonos todos entonces en ser mejores y más felices.
Raúl Rojas,
Periodista y Académico.