Correo
Anule el voto
Señor Director: Por años nuestra clase política -conformada por quienes han hecho un verdadero redituable oficio en cargos de elección popular desde la vuelta a la democracia, como aquellos "noveles" y muchos "foráneos" que al poco andar se contagian y se dejan arrastrar por la corriente municipal y/o congresal- ha venido auto-desprestigiándose sin ninguna voluntad ni actos de corrección profunda, no obstante ser consciente de este "alejamiento" del pueblo, al que escuchan, pero no obran acorde con. Hace lo que quiere, y si se da algún intento para, con legislaciones "express", congraciantes, como para calmar los ánimos, la situación queda peor. Inscripción automática y voto voluntario; padrón electoral; elecciones primarias; convencionales; voto en el exterior.
Las elecciones municipales se han convertido más en un "medir fuerzas", pensando en las elecciones parlamentarias y presidencial del año siguiente, que en mejorar las gestiones comunales, muchas de ellas supeditadas a las directrices del gobierno central.
El descontento de la ciudadanía cada día es mayor, pero la mandante señora Juanita -y su familia toda- cree que quedándose en casa el día de las elecciones es señal más que suficiente para demostrarlo y con ello "espera" el cambio radical que reclama. ¡Craso error! Así como la autoridad llama a participar, votando, por uno/a u otro/a candidato/a, con el vacuo "slogan" ¡Elige tu barrio!, a través de la prensa algunos compatriotas justifican su abstención o la llaman a ella -como lo han hecho/hacen los estudiantes-, que no genera de modo alguno el resultado esperado, pues los concejales, alcaldes, diputados y los senadores son elegidos sólo por los que participan y votan "válidamente", y así gobiernan -aunque sea sólo con el 30% del universo electoral, que los eligió-, pero pocos somos quienes llamamos a "participar para anular el voto", que de darse de manera mayoritaria, superando con creces el porcentaje de abstención, sí se provocaría un inédito terremoto político pro un cambio real. Ergo, conciudadano, participe y anule su voto, porque esta clase política reinante ya no da para más.
Jorge Saavedra Moena.
¿Por qué votar?
Señor Director: El vocero de gobierno Marcelo Díaz cuando invita a votar dice: "Si uno no vota, lo que uno tiene garantizado es que la política va a ser exactamente lo mismo". Pero, también es válido lo que opinan los que no votarán.
Si uno vota, lo único que tiene garantizado es que la política va a ser exactamente lo mismo, todo va a seguir igual, porque los candidatos son los mismos de siempre, porque los requisitos que tienen para presentarse son deficientes, no acordes a lo que Chile se merece, les basta sólo la Licencia Secundaria, porque a pesar de todas las irregularidades -hoy investigadas en sendas fiscalías- no existe una voluntad real de cambiarle la cara a la política. El mejor ejemplo, la demora en considerar las propuestas de Comisión Engel, porque mientras ningún candidato respalde debidamente sus proyectos (promesas de campaña) con su patrimonio personal para que sean serias, de lo contrario después se la lleva el viento, porque se le asigna a la democracia la misión de amparar la ineptitud.
Luis Enrique Soler Milla.
Caso Florencia
Señor Director: Desde la Presidenta hasta el último de los chilenos se ha visto conmovido por el homicidio de Florencia, una niña de Coyhaique y que al parecer -por lo que se ha conocido hasta hoy- no gozaba de una muy buena vida y que, desgraciadamente, culminara en la forma que hoy todos conocemos y en manos de su padrastro y en quien quizás -y erradamente- su madre depositó toda su confianza.
Hemos visto la demostración más cruel de lo que puede hacer o llegar a hacer una persona, pero también hemos visto cierta dejación por parte de instituciones del Estado. Con ello me refiero a la medida de protección solicitada por la familia y que sería recién atendida a fines del presente mes, si ya con una hermana de Florencia se había decretado una medida de resguardo por la justicia, porqué no se consideraron razones análogas y se brindó lo que la familia solicitaba y que para hacerlo debió haber tenido razones y que por cierto la justicia en el primer caso consideró.
No sería posible que a futuro y cuando la familia presente recursos para proteger la integridad de una menor se actúe preventivamente y se entregue preventiva o provisoriamente la menor a quien lo solicita y en un lapso breve resolver lo que se hará definitivamente. Acaso no es posible que se autorice a las policías y en casos parecidos a retirar una o más menores y entregarlos a un adulto responsable y con ello iniciar un proceso, aun cuando sea contrario a lo solicitado.
Creo que en cuanto a menores se debe proceder y no esperar, cuántas Florencia ya han habido y cuántas debemos esperar para que por fin se hagan las cosas bien y que por fin la justicia entienda que en protección minutos, horas o días de espera pueden ser fatales; quizás sea mejor apresurarse o equivocarse, pero la integridad, salud o vida de un o una menor no puede esperar.
Alberto Contreras Silva.