De "Diablos" queda bien poco, cayó ante Rangers merecidamente
ÑUBLENSE. Una vez más los chillanejos fueron dominados de principio a fin y siguen mostrando una penosa producción ofensiva. Los talquinos se llevaron el triunfo por 3 a 1.
Que fácil le hace Ñublense la tarea al rival. Un equipo que de mediocampo hacia arriba no muestra prácticamente nada y que si bien derrocha energía, pero que carece preocupantemente de fútbol, no merece el apelativo de "Diablo", rótulo que significa astucia, viveza, suspicacia, elementos que claramente no expuso ante Rangers en Chillán, rival ante el cual cayó por un inapelable 3 a 1.
Una vez más. Sí, una vez más, al igual que todo el campeonato, Ñublense fue superado por el contrario. Esta vez Rangers fue el dueño absoluto del pleito en el primer tiempo y que a medida que corrían los minutos se apoderaba de las bandas, llegaba con superioridad numérica, mientras que Ñublense respondía con pelotazos y una imprecisión desesperante a la hora de administrar el balón.
Es por ello que el gol de Comba no sorprendió. Desborde y centro para que tras el manotazo de Sebastián Contreras el atacante talquino sólo tuviera que empujar la pelota para celebrar. Antes, los Rojos se quedaron reclamando una falta inexistente contra Michael Zobarzo que se enredó con el balón. Faltó viveza.
El segundo gol fue producto de un penal de Christian Bustamante que derribó a Guillermo Soto, infracción que no merece reclamos y que Bruno Romo convirtió en gol. El mismo jugador se perdió otro tiro desde los doce pasos en el arranque del pleito.
Sólo como antecedente, Ñublense se aproximó recién en el minuto 37 con un centro de Eduardo Vilches que cortó Luis Aseff. Nada más.
En el complemento, Ñublense mostró una reacción sustentada más en la vergüenza deportiva que en la capacidad individual o táctica y fue así como llegó el descuento de Lucas Triviño, quien tras un error en la salida del portero rangerino cabeceó el balón. De ahí en adelante, nada más.
La lápida fue la tercera conversión talquina. Soto se sacó la marca de los defensas apegado a la última línea para enviar un centro rasante que Comba convirtió en gol tras un tiro de taco. Una vez más, faltó astucia, ahora para marcar.
Ñublense fue superado, los errores se agudizan y con lo que hay no se ve salida alguna. Y para colmo de males, el técnico Pablo Abraham hizo una serie de cambios desde el arranque que no dieron resultados y que eran innecesarios considerando que lo ideal es que un equipo sume continuidad. Además, el técnico argentino no tuvo la capacidad para leer el partido y arreglarlo desde la banca; cuando lo hizo en el entretiempo ya era tarde.
Como dato extra, perdieron el invicto en casa.
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