Perder el clásico fue la guinda de la torta de la discreta campaña
ÑUBLENSE. A pesar de hacer un correcto primer tiempo, los chillanejos cayeron por un claro 2 a 0 ante un rival que impuso sus términos con experiencia y jerarquía.
Todas las estadísticas y la antesala previa al clásico ante Curicó jugaban en contra de Ñublense y tras el partido disputado en el Nelson Oyarzún se dio la lógica. Los curicanos impusieron toda su jerarquía y se llevaron el triunfo por un claro 2 a 0.
En el primer tiempo los chillanejos se mostraron como un equipo con ganas y vértigo, a lo cual sumaron una cuota de convicción, factores que complicaron al líder invicto del torneo que no encontraba el camino para aproximarse al pórtico de Sebastián Contreras. Sin embargo, pasada la media hora los torteros pusieron la pelota contra el piso, la hicieron rotar, aplicaron un inteligente cambio de frente para abrir la defensa de los Rojos lo cual dejó espacios por el medio que fueron aprovechados por Alfredo Ábalos y Leonardo Olivera que provocaron la doble y notable reacción de Contreras. Antes Gary Tello estrelló la pelota en el horizontal.
Ñublense comenzó a ceder terreno, a lo cual se suma la lesión del goleador Lucas Triviño quien salió antes de finalizar el primer tiempo por un eventual desgarro que será evaluado el lunes. Ingresó Christián Bustamante, quien tuvo la opción de anotar en plena área chica, pero su tiro fue muy débil y recto. Fue la opción más clara de Ñublense.
Curicó se vio sorprendido y Ñublense hizo un correcto primer tiempo, lo cual permitió albergar una cuota de esperanza de cara al complemento.
Sin embargo, fue en este momento en el cual Ñublense mostró las mismas falencias de siempre y Curicó el fútbol que le permiten ser el líder.
El elenco de Pablo Abraham cayó en las imprecisiones, falta de generación de fútbol y un errático ímpetu ofensivo que choca violentamente contra la incapacidad individual.
Ñublense atacaba y un pase para Felipe Albornoz fue anticipado por René Bugueño, quien avanza 60 metros sin que nadie le quite la pelota, pase hacia la izquierda para que Leonardo Olivera clave el balón en un rincón alto de Contreras y desatar el primer grito de gol de la visita cuyos hinchas se apostaron en el sector sur.
Ñublense sintió el golpe, decayó en su juego y el pelotazo largo sin sentido se hizo presente al igual que todo el campeonato. Sebastián Páez luchó todo el pleito, pero careció de una compañía acorde.
A todo lo anterior se sumó la poca claridad del entrenador Pablo Abraham en el segundo tiempo que lejos de realizar cambios acordes ingresó a Cristián Retamal que corre, presiona, pero que frente al arco lucha contra sus propios temores. Cabe señalar que ante Curicó el estratega ingresó con cuatro centrales, lo cual habla de una improvisación por las bandas.
Ñublense no mostraba reacción futbolística, sólo atisbos de patriadas y fue así como en un festival de errores defensivos apareció el segundo gol de Curicó, merced a la nueva conversión de Olivera que aprovechó la falta de marca para anotar con un disparo bajo y suave.
La lógica indicaba que Ñublense no debía ganar ante Curicó y eso fue lo que ocurrió, el problema es que la mejora futbolística es casi nula y el pseudo ataque vertical, por no decir pelotazo, caracteriza el juego de un equipo que coqueteó todo el semestre con la inexperiencia, improvisación, falta de jerarquía y filosofía futbolística.
Perder el clásico fue la guinda de la torta de una campaña discreta en la cual Ñublense está a sólo ocho puntos del colista Unión La Calera, ganó un partido de local y los delanteros brillaron por su ausencia en las redes contrarias, salvo Triviño.
Se espera el arribo de jugadores que puedan darle un giro copernicano a un equipo que tiene entrega, corazón, que moja la camiseta, pero que sufre para llegar al arco contrario y que muestra muy pocos jugadores capaces de llevarse el peso de un torneo que arranca el 15 de enero.
Lugar 11°
En la tabla remató Ñublense tras el Campeonato de Apertura al sumar 15 unidades en 14 partidos disputados. 15