Viajes, concentraciones, no poder disponer de los fines de semanas como lo hace el común de las personas, son parte de las complejidades que implica la carrera del futbolista. Por lo anterior, es que en fechas como la Navidad, se trasforman en una de las pocas instancias para que el hombre que hace disfrutar con un gol, o enrabiar a la hinchada producto de un error, disfrute junto a sus seres queridos.
En el caso del referente y capitán ñublensino, José Antonio Roja, éste viajó hasta su natal Nogales junto a su esposa e hijos, donde compartió la navidad con su familia. "Nos juntamos en una casa a cenar, y después abrimos los regalos. Fue un momento muy bonito, especialmente para mis hijos, sobre todo para el mayor de tres años ya que había pedido camisetas y el viejito pascuero se las trajo", precisó emocionado el zaguero.
Fuera del país
Para el goleador del Rojo, Lucas Triviño, esta Navidad fue especial, pues hace un año y medio que no visitaba la casa de sus padres en la ciudad de La Plata en Argentina. "Fue una hermosa celebración, compartí con mi familia y amigos, todos estaban muy contentos por el momento que estoy viviendo. Me hizo acordar de las navidades cuando era más pequeño, y mi viejo me regalaba zapatos de fútbol o las camisetas de Estudiantes de La Plata", relató con un dejo de nostalgia el artillero del elenco de la futura región del Ñuble.
Para el portero Sebastián Contreras esta navidad estuvo marcada por sentimientos encontrados. "Fue una festividad distinta, ya que por primera vez pasé esta festividad fuera de Calama, no obstante, estuve con mi esposa, mis hijos, y mis suegros que viajaron a acompañarnos", puntualizó el hombre formado en Cobreloa.
Independiente de la lejanía geográfica a la que se vio enfrentado debido a su profesión, para Contreras las celebraciones anteriormente eran muy distintas a lo que se vive en la actualidad. "Antes la navidad era menos consumista, te regalaban juguetes menos sofisticados, había más interacción con los vecinos. En definitiva disfrutabas más", reflexionó con un dejo de nostalgia quien defiende los tres tubos de la portería chillaneja.
En solitario
Acostumbrado a estar en esta fecha compartiendo con los suyos en Llay Llay, esta Navidad para el arquero Pablo Reinoso fue diametralmente opuesta, ya que prefirió quedarse en Chillán entrenando.
"La vida del deportista implica pasar cumpleaños y festividades muchas veces lejos de la familia, por amor a lo que uno hace, y yo amo el fútbol. Quiero para estar en condiciones para cuando me toque volver a jugar. Eso requiere sacrificio y entrenamiento, ya vendrán los tiempos para estar con la familia en mayo (vacaciones).
Más allá de alcanzar el objetivo deportivo, Reinoso reconoció lo complicado de estar sin sus seres queridos. "Se me vinieron a la mente los recuerdos de las navidades en Llay Llay, cuando mi papá se disfrazaba de viejito pascuero, lo que nos hacía muy feliz con mi hermana. Pero sé que todo esto, tendrá su recompensa", sentenció.
En relación a si le pidió a Santa Claus algún obsequio en particular, Reinoso es enfático. "Después de un años 2016 de dulce y agraz (comenzó jugando y sufrió una grave lesión), el regalo me lo dio por anticipado, ya que puedo correr, y así poder de a poco estar en condiciones para pelear un puesto de titular, y aportar para que estemos peleando cosas importantes el 2017", sostuvo.
"Espero de todo corazón a los hinchas de Ñublense hayan vivido una muy linda navidad, y que tengan un próspero año nuevo, en el que nos sigan apoyando", finalizó Reinoso.
Cabe recordar que mañana vuelven a entrenar a Paso Alejo bajo las órdenes de la dupla Vicente Núñez- Claudio Muñoz, los elementos que no tuvieron mucha continuidad durante el último certamen. En tanto, que los jugadores que se llevaron el peso de la campaña como por ejemplo. José Rojas, Sebastián Contreras, Lucas Triviño, Sebastián Páez, entre o, regresan a los trabajos el próximo 2 de enero.
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