Ahora viene la reconstrucción
Pasada, casi en su totalidad, la emergencia forestal en Ñuble, ahora viene la difícil etapa de volver todo a la normalidad.
Fueron semanas de intensa actividad para todos. Nadie, ninguna persona sea cual sea su labor, quedo ajena a la catástrofe forestal más grande de toda la historia de nuestro país.
En la provincia de Ñuble, el fuego no tan solo arraso con casas, campos, negocios, iglesias, infraestructura entre otros bienes materiales, sumado a la fauna, sino que también se llevó vidas humanas como la del bombero Juan Eduardo Bizama, ex comandante de la Compañía de Bomberos de Ñiquén, que acudió a San Fabián para prestar ayuda, e indirectamente, la muerte del carabinero chillanejo Mauricio Roca, que no pudo escapar del fuego en Constitución, donde cumplía su labor junto al sargento Fredi Fernández, quien también falleció.
El fuego no daba tregua, parecía un infierno si un fin claro. Hoy la pesadilla ha pasado dejando 21 mil 520 hectáreas dañadas, y el paso siguiente es la pronta reconstrucción.
Una tarea igual o más fuerte que el propio combate de las llamas. Es imperioso que la ayuda de gobierno llegue a las personas que realmente fueron afectadas, y no tan solo en el aspecto monetario, que no sea entregar dinero y olvidarse de los afectados. Debe haber un acompañamiento y seguimiento de las personas, guiarlas en lo que necesiten, sobre todo en apoyo para postular a los beneficios, que lamentablemente en este país, pasa por una serie de manos y detalles para hacerse efectiva.
Que la burocracia se tome vacaciones en este periodo, y se concrete el apoyo real para que las familias vuelvan a levantarse, ayudadas por ese espíritu luchador que caracteriza a la gente de Ñuble, a la gente de nuestras zonas rurales que fueron las más afectadas. Hoy es el tiempo para ayudar, e iniciar la construcción de esperanza de una vida igual o mejor a la que tenían antes de sufrir esta tragedia. Y lo más importante, que la ayuda no tarde 1, 2 o hasta cinco años en concretarse.