El artesano en madera y pita que mantiene vivo un arte casi extinguido en la provincia
PUEBLO SECO. Don Francisco Herrera es el heredero de una tradición familiar que culminará con su legado.
La avanzada tecnología, tan indispensable en el diario vivir, ha sido factor fundamental para que muchas tradiciones ya se hayan perdido, y otras estén en vías de desaparecer, pero para quienes aman lo tradicional resulta muy difícil aceptar los avances y no se rinden ante ello.
Es el caso de Francisco Herrera (55 años), oriundo de Pueblo Seco, un hombre de campo, sencillo, humilde y amante de una artesanía que ya casi no existe, la de madera y pita.
Hace muy poco, y con motivo de la Fiesta de la Vendimia de Chillán, llamó poderosamente la atención la calidad de los trabajos que él realiza; para muchos, especialmente la juventud, desconocido, sin saber que antaño todo lo que se fabricaba se había con estos materiales muy solicitados.
Con la sencillez propia del hombre de nuestras tierras, accede a conversar y contar su historia.
"Yo mantengo esto por tradición familiar, viene desde mis abuelos, y soy el único de la familia que sigue en esto, y en la zona no hay nadie más, debido a que ven que no da resultados en lo económico, por suerte reconocieron mi trabajo y tengo apoyo".
-¿Cuántos años en esto?
-Yo aprendí esta artesanía a los 18 años de edad, pero me dediqué exclusivamente a ello hace diez años.
-¿En la familia alguien más está en lo mismo?
-No, nosotros éramos siete hermanos, sólo yo seguí, mis tíos y primos tampoco.
-¿Antes qué hizo?
-Me dediqué a la agricultura, pero me enfermé de la columna vertebral, así es que no pude trabajar más en el campo y tuve que dedicarme al trabajo actual, ya que la pensión no me alcanza para subsistir.
-¿Este complemento le permite tener tranquilidad?
-Sí, me permite darme vuelta.
-¿Cómo obtiene la pita?
-La tengo plantada en mi casa, y cuando me falta salgo a comprar por ahí.
-¿Cómo ha sido la recepción a sus trabajos?
Bueno, la gente en esta exposición ha comprado, les ha gustado y llamado la atención.
-¿Siempre está exponiendo en Ñuble?
-No, estuve exponiendo en Linares, y mis trabajos fueron muy bien acogidos. Este año espero volver allá.
-¿Qué espera a futuro?
-Seguir mostrando mi trabajo, es parte de la antigüedad, hay que luchar para que no se pierda esto.
Cuando le preguntamos qué sentía al realizar este trabajo, con emocionadas palabras se muestra un hombre realizado en su labor.
"Me siento muy feliz, me realizo, lo llevo en la sangre, lo encuentro muy bonito mi trabajo, me siento realmente orgulloso de mantener viva una tradición y me alegra mucho que al público le guste".
-¿La calidad del material?
-Es mi principal preocupación, tener buena madera, y que la pita esté seca, de buena calidad ambas cosas.
-¿Cómo realiza su trabajo?
-La madera se trabajaba con cuchillo, hoy tengo un torno que hice yo mismo, mis herramientas son todas hechizas.
Francisco Herrera, un sacrificado hombre de campo, que realiza un trabajo antiquísimo, que nuestros antepasados usaban muchos en las casas, y que el hace perdurar en el tiempo.