La educación como herramienta de inserción social es la máxima que todos los días sigue Rafael Cerda, director en la escuela Nueva Esperanza, que se encuentra dentro de la Centro de Cumplimiento Penitenciario de Chillán y que atiende a 106 alumnos entre enseñanza básica y media.
Pero las condiciones de las aulas donde este maestro y los demás profesores que ejercen la docencia no son dignas para atender a tal cantidad de estudiantes que están privados de libertad. Las tres salas que tiene para realizar sus labores, no cuentan con luz natural, son estrechas, con mala ventilación y poca higiene, según la descripción que hizo Rafael Cerda.
El lugar donde funcionan en la actualidad es un taller de internos que fue habilitado para que la escuela realizara las clases después del terremoto del 2010.
El recinto no cuenta con salas diferenciadas para los niveles básicos, medios y sólo pueden hacerse clases hasta las cuatro de la tarde, porque a esa hora los internos tienen que ingresar a sus celdas. Por tal razón, los docentes tienen que aprovechar todos los minutos para educar con cursos mezclados.
Todos estos antecedentes fueron entregados en una misiva del director de la escuela Nueva Esperanza al diputado Carlos Abel Jarpa, el año pasado. La idea de la carta era que pudiera interceder ante el Ministerio de Justicia y el de Educación, para que la población penal en Chillán tuviera una mejor escuela.
Hans Darío Sepúlveda Ruiz, de 28 años, es un interno del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Chillán que trabaja en la panadería del recinto, pero además asiste regularmente a la escuela Nueva Esperanza. Está cursando la modalidad dos por uno en los niveles de primero y segundo medio. Tiene muchos sueños por cumplir, a pesar que detrás de las rejas le quedan cuatro años y medio.
"Los profesores son bien cercanos a nosotros y con ellos tenemos una muy buena relación, estudiar es excelente para los que no alcanzamos a terminar el colegio afuera. Soy bueno en matemática, igual si se me diera la oportunidad sería bueno seguir avanzando en los estudios para poder cambiar la vida. Si hubiese estudiado como ahora, no estaría aquí en este encierro", manifestó Sepúlveda.
Referente a las condiciones en que estudian, el interno comentó que tenemos tres salas, hay dos para básica, y otra para primero y segundo medio. No se está haciendo tercero y cuarto porque no hay salas. Igual las aulas son estrechas y les falta más luz. Apoyo al director para que pueda lograr mejorar la escuela", manifestó el interno.
Sobre la petición del director, desde el Departamento de Administración y Educación Municipal, DAEM, expresaron que entienden que "el director Rafael Cerda envió la carta con estas peticiones al diputado Jarpa en septiembre del año pasado y, según comentó el propio director, aún no tienen respuesta".
En todo caso aclararon que los recursos para que se puedan arreglar las condiciones de la escuela se tienen que solicitar al Ministerio de Educación.
Desde el DAEM se señaló que el director del establecimiento les comentó que cuentan en la escuela con tres salas más la biblioteca y se requieren dos salas más para funcionar de mejor forma. Los 106 alumnos reclusos de básica tienen 16 horas de clases a la semana, mientras que en enseñanza media hacen 24 horas en el mismo lapso.
Diputado Jarpa busca una solución
El diputado Carlos Abel Jarpa confía en tener una buena acogida con la petición que le hizo al Ministro de Justicia para la escuela Nueva Esperanza. Pero también anunció que sostendrá reuniones con el titular de esa cartera y el de Educación y el director de Gendarmería para que las soluciones se prioricen lo antes posible. "Por el momento no me han contestado los oficios que envié, pero en las reuniones que sostendré próximamente insistiré en gestionar una solución a los problemas de esta escuela. Confío en que esto se pueda solucionar en un corto tiempo", afirmó.