La Nueva Mayoría va a cumplir diez años anunciando una Nueva Constitución y negando la legitimidad del texto que rige a Chile hoy, pese a que ha sido objeto de más de 100 reformas en democracia y que hoy lleve la firma del exPresidente Lagos. Faltando 11 meses para que su primer Gobierno termine, todavía no explicita qué derechos y deberes establece la Constitución a la que aspira y sigue refugiándose en los mecanismos para su formulación y aprobación.
Esta semana la Presidenta Bachelet firmó el Mensaje que propone al Congreso la reforma del capítulo XV de la Constitución. ¿Y qué propone? Facultar al próximo Congreso para decidir de entre cuatro posibilidades, el mecanismo para cambiar la Constitución: Comisión Bicameral; Convención Constituyente mixta de parlamentarios y ciudadanos; Asamblea Constituyente; o Plebiscito para decidir entre las alternativas anteriores. Primero, la impulsa un gobierno que carece de respaldo ciudadano y registra el rechazo más alto desde el retorno a la democracia. La aprobación del Gobierno está desde hace dos años en torno al 20% y enfrenta, además, una permanente crisis con la Nueva Mayoría. Segundo, las iniciativas emblemáticas implementadas hasta ahora no sólo no han cumplido con las promesas que se hicieron a los chilenos; además de mal inspiradas, han sido mal implementadas y están afectando las oportunidades, la calidad de la educación, el empleo.
Con esos resultados, el propósito del Gobierno es levantar el tema constitucional, como telón de fondo en un año electoral. Se pretende terminar un mal gobierno, forzando un cambio esencial de nuestra institucionalidad, la "Nueva Constitución", uno de los principales factores de la incertidumbre que afecta a Chile desde 2014.
Tercero, la convocatoria a la participación en los cabildos el año pasado, para definiciones constitucionales, fue débil y no alcanzó el 2% de los electores. Sin desmerecer la participación de las 200 mil personas, el Gobierno no puede transformar a menos del 2% en una voz mayoritaria. Cualquier cambio constitucional debe respetar la institucionalidad vigente. Amparado en esa débil participación, el Gobierno de la Nueva Mayoría aspira desconocer las atribuciones del Poder Legislativo, debilitando el Estado de Derecho.
La arremetida del Ministro Fernández contra Chile Vamos por esta materia muestra una mirada política pobre y que ignora la envergadura de una reforma constitucional, y además difunde información falsa: "La derecha no quiere un cambio constitucional". "La oposición, como no votó por la Presidenta Bachelet, no toma muy en serio esto". Lo cierto es que Chile Vamos presentó el año pasado al Gobierno una propuesta con más de 80 modificaciones a la Constitución y desde 1990 en adelante ha contribuido con ideas y respaldo político a todas las reformas constitucionales. Esa manera de conducir reformas y decisiones políticas, es una de las principales fuentes de la incertidumbre que hoy frena al país.
Frank Sauerbaum, Ingeniero Comercial-MBA. Ex Diputado por Ñuble.