A 30 años de Juan Pablo II en Chile chillanejos recuerdan visita
IGLESIA CATÓLICA. Sacerdotes y laicos cuentan su experiencia de estar cerca del Papa en la venida a Chile en abril del 1987, en el encuentro con los trabajadores en el Club Hípico de Concepción
La visita del Papa Juan Pablo II, entre el 1 y el 6 de abril de 1987, significó la primera y única llegada de un sumo pontífice de la Iglesia Católica a Chile, pero lo que más marcó su presencia a los fieles, fue el mensaje de esperanza y vida en tiempos complejos de la historia del país.
El 5 de abril a las 9.50 horas la máxima autoridad del catolicismo se encontraba frente a una multitud que desde la madrugada lo esperaba en el Club Hípico de Concepción. En el lugar entregó un mensaje con deseos de mejoras a los trabajadores. Han pasado 30 años desde ese momento y residentes chillanejos que tuvieron que la posibilidad de estar cerca de Karol Wojtyla atesoran esos instantes como únicos.
Guillermo Stevens de 60 años, es un ingeniero comercial que actualmente vive en la Población Pedro Lagos. Él tuvo el privilegio de comulgar de manos de Juan Pablo II, ya que junto a una veintena de chillanejos, fueron seleccionados para que ese hecho ocurriera en la misa del Club Hípico de Concepción.
"En ese entonces tenía 30 años y trabajaba en Copelec, pero además participaba mucho en las comunidades cristianas. En la Diócesis de Chillán definieron a una delegación de 20 personas, para que el Papa les entregará la comunión y ahí fui escogido. Me acuerdo que partimos en bus a la madrugada rumbo a Concepción y a la llegada, el transporte se fue abriendo paso entre las multitudes de gente que caminaban hacia el Club Hípico. Nosotros llegamos hasta el escenario y nos quedamos a un costado esperando la llegada del Papa", afirmó.
Stevens comentó que según la organización del acto, estaba estipulado que el Papa les entregará comunión a 60 personas en total. Antes que sucediera, el ingeniero no sopesaba el acontecimiento que iba marcar su vida. "El hecho que me haya entregado personalmente la comunión fue una situación inesperada y extraordinaria a la vez por todo lo que significa, es un recuerdo imborrable", agregó.
Stevens en la actualidad tiene participación activa en la parroquia San Juan Dios y en diciembre del 2016 fue ordenado Diacono.
El ingeniero químico, Ricardo Jara Ramírez que reside actualmente en Chillán hace un par de décadas, por aquellos años vivía en Concepción y le tocó participar la organización del encuentro del Papa con los trabajadores en Concepción.
"Formé parte de la comisión receptora del Papa, ya que la comunidad católica creó esta instancia para recibir y cooperar con la logística de la visita Juan Pablo II. A mí me tocó la parte de comunicaciones y nos preocupamos de múltiples detalles, tales como la comitiva que traía, el trayecto en la ciudad de Concepción y después su alojamiento. Por tal razón tuve la posibilidad de estar muy cerca del papa y en un momento le pude estrechar la mano, hecho que me llenó de alegría y que lo atesoro gracias a una foto que guardo de ese instante", apuntó.
Jara comentó que la organización no fue fácil ya que en todo momento gente del gobierno militar estaba pendiente de los detalles. Pero a pesar de esa circunstancias el profesional que pertenece a la Democracia Cristiana, se las arregló para realizar las coordinaciones adecuadas.
"Esta comisión funcionó varios meses antes de la venida del Papa y teníamos que preocuparnos de todos los detalles. No era fácil, ya que el gobierno militar revisaba todo. De todas formas, sacamos de buena forma la tarea adelante", afirmó.
Sacerdote en acción
El presbítero Raúl Manríquez, que por aquellos años era el Vicario General de la Diócesis de Chillán, comentó que uno de los objetivos principales de los preparativos de la venida del Santo Padre, fue preparar la espiritualidad de las personas.
"La idea era acoger de buena forma a quien representaba al gran pastor Jesucristo y a quien dirige a la iglesia en el mundo. Queríamos que el Santo Padre llegara con su mensaje a distintos puntos del país. En las comunidades se elaboraron temas sencillos para que la gente los entendiera y las ciudades que fueron elegidas para el encuentro por la conferencia episcopal, se pensaron en que estuvieran bien representados el norte, el centro y el sur de Chile", agregó.
El padre Manríquez explicó que "como comunidad chillaneja, nos correspondió ir a Concepción y lo hicimos en gran número de diocesanos que participamos en la misa que tuvo como tema central el trabajo".
Por esos años el sacerdote era vicario general de la Diócesis de Chillán, por lo cual tuvo una labor de acompañamiento permanente al obispo de Chillán. También organizaba a las comunidades y a las parroquias en la venida del Papa. En cuanto a la relación que se tenía con las autoridades militares de ese tiempo el padre comentó que hubo trato cordial en el trámite de las autorizaciones correspondientes.
"Me tocó estar en la Vicaria de la solidaridad en la zona, por lo que tenía que interceder por las personas que habían sido afectadas en el régimen militar. Ellos también bien fueron muy participantes en la venida del Papa, tenían esperanzas en él. Sé que a Juan Pablo II, se le informó de muchas de estas cosas, pero como no estuvo particularmente en Chillán, en la Vicaría de Concepción, se le entregó la información de los casos de Ñuble", afirmó.
Una nueva venida
El padre José Luis Ysern, con más de 58 años de sacerdocio en Chillán, comentó que cuando vino Juan Pablo II, él era rector del Seminario Metropolitano de Concepción, instancia en la que tuvo cercanía con el Santo Padre en el encuentro del Club Hípico.
"El Papa saludó a todos los curas que estábamos formados en el escenario y cuando estrechó mi mano tuvo unas palabras conmigo, que se referían a la formación de los seminarios y la enseñanza del Latin, me acuerdo que me tomó la mano y me dijo con elocuencia 'sí, es muy importante que enseñe el Latín lo felicito...(ríe)" comentó.
El padre Ysern expresó que le quedó muy claro que el Papa estaba apoyando el salario justo, los derechos del trabajador, que hubiese trabajo para todos, la dignidad de ellos. "Lo que yo vi de la venida del Juan Pablo II, fue el gran apoyo a todos los sacerdotes en la lucha que los derechos humanos se respetaran en Chile. Para eso fue clave esa reunión que tuvo con el general Pinochet, el Santo Padre", apuntó.
Frente a la posibilidad de una pronta venida del Papa actual Francisco I, el padre Ysern, manifestó que "sería muy bueno, con tal que se produzcan cambios en la jerarquía de la iglesia, ya que hace falta franciscanizar a los obispos chilenos. La idea es que el episcopado chileno tuviera menos miedo de la realidad actual y copiar las actitudes de Francisco I, ese diálogo con el mundo con menos estructuras. Hay que abrir por dentro a la iglesia".
"Lo que yo ví de la venida del Juan Pablo II el año 1987, fue el gran apoyo que él entregó a todos los sacerdotes en la lucha porque se respetaran los derechos humanos en Chile".
José Luis Ysern
Sacerdote"
Concejal Huepe vio dos veces al Papa
El concejal Patricio Huepe, que en ese tiempo estaba a cargo del Hogar de Cristo de Chillán junto a su esposa, tuvo la posibilidad de ver al Sumo Pontífice dos veces. "En Santiago estuve cerca, detrás de Carmen Gloria Quintana en el Parque O'Higgins cuando el Papa se acercó y la abrazó, fue un momento de mucha emoción verlo. Para el encuentro de Concepción fuimos en bus con 40 niños del Hogar de Cristo y llegamos a un colegio a las dos de la madrugada y después cerca de las cinco fuimos al Club Hípico a esperar la pasada del Papa. Antes de las 10, lo vimos cuando cruzó en el papamóvil hacía el escenario…todo era entusiasmo", aseveró.