Estamos cerca de convertirnos en Región. El trámite en el Congreso sigue su camino sin mayores contratiempos para ser aprobado en el corto plazo.
Este hecho nos obliga a prepararnos, a unirnos transversalmente en pos del objetivo común y consensuar las políticas básicas para que la nueva Región comience a caminar con paso seguro, en busca de su nuevo destino. Somos tierra eminentemente agrícola que debe buscar modernizarse y nuevas actividades de desarrollo, como el turismo, por ejemplo. Evaluando lo que tenemos, mirar experiencias ajenas exitosas. Es imperativo conocer a fondo nuestras debilidades para solventarlas. Buscar las oportunidades que se nos presenten y provocar otras con ingenio y creatividad. Pero, por sobre todo, utilizar con racionalidad y decisión nuestras fortalezas.
Convertirse en Región es una victoria rotunda de la voluntad expresada transversalmente hace años por visionarios, que fueron capaces de pensar en grande sobre nuestro futuro. Es la hora de tomar ese testigo con la amplitud y generosidad que el momento exige. Prepararse para el gran salto hacia ese nuevo futuro. Uno de los argumentos de mayor valía fue el de la descentralización. Dejar de depender del reparto sin equidad. Pero, a pesar de aquello, demostramos que hemos sido capaces de proyectar, gestionar y concretar los programas para ir mejorando las condiciones de vida generales.
Dentro del concepto de descentralización, debemos pensar que nuestras ciudades mayores -por ejemplo, Chillán-, se encuentran en una colapsada realidad. Muchos piensan en crecer hacia arriba, densificando el centro local con edificios en altura. O sea, más gente en menos superficie. Hay otros que piensan en que las ciudades deben crecer horizontalmente, pero se olvidan de construir las vías necesarias para hacer los desplazamientos menos estresantes. Una tercera posibilidad es analizar lo que han hecho en la desarrollada Europa, donde han potenciado las ciudades de los entornos de las grandes urbes, construyendo vías amplias y cómodas, con lo cual se consigue el doble objetivo de descongestionar las grandes ciudades y potenciar las pequeñas de los alrededores, descentralizando la vida social y económica.
Ideas como éstas, hay muchas. Pensar al medio y largo plazo, con mirada larga, las ciudades del futuro. Lo que ahora nos falta es masificar las instancias donde se puedan analizar, discutir y sacar conclusiones ante una realidad que está ahí, a la vuelta de la esquina, cuando Ñuble sea Región.
Miguel Ángel San Martín Periodista.