La semana estuvo marcada por los conflictos y progresivas señales de debilidad, en torno a la candidatura de Alejandro Guillier. A la preocupación oficialista por la inexistencia de ejes claros de campaña y de estructuras política y territorial, se suma esta semana la preocupación por la lentitud en la recolección de firmas, que Guillier requiere para inscribir su candidatura; un fuerte reproche por su renuncia a liderar el conglomerado de partidos que lo respaldan, por sus errores comunicacionales y por la insistencia de mostrarse como independiente y alejado de los partidos.
En los últimos días ha rondado, al interior de la Nueva Mayoría, aun de manera incipiente, el rumor de una posible declinación de su candidatura. En ese escenario, se menciona el resurgimiento de José Miguel Insulza como carta presidencial, descartándose de plano que Ricardo Lagos retomara sus intenciones.
Hasta ahora, el Gobierno parece indiferente ante la carrera presidencial de su coalición; esta semana rechazó acceder a la mesa de trabajo que proponía Guillier y descartó poner urgencia al proyecto que permitiría la elección de intendentes este año. Tampoco parece muy preocupado de acceder a la fuerte presión de la Nueva Mayoría, para que modifique su agenda legislativa y reactive proyectos de ley funcionales a la campaña (impulso al crecimiento económico, empleo, entre otros). La Nueva Mayoría enfrenta una carrera presidencial dividida, con un candidato que ha demorado por meses la instalación de su campaña, que no cuenta con posiciones políticas y programáticas nítidas y que persiste en desentenderse de su rol como articulador de los partidos que lo respaldan.
En tanto, el Gobierno, continúa con una agenda sin sintonía con la principales preocupaciones de los chilenos, sin hacerse cargo de la débil posición y de la mochila que ha puesto sobre los hombros de la Nueva Mayoría, y sin rectificar ninguno de los severos errores que ha cometido desde marzo de 2014, ocasionado un importante retroceso a Chile.
Por otro lado en Chile Vamos nos preparamos para enfrentar una elección primaria el 2 de Julio, democrática, abierta y participativa con tres candidatos desplegados en terreno y dando a conocer sus propuestas, a eso sumamos al ex Presidente Sebastián Piñera liderando claramente las preferencias de los ciudadanos.
El desafío de la centro derecha es convocar y movilizar a un sector de independientes que se sientan interpretados con el cambio que el país requiere, no es tarea fácil, pero la sensación de triunfo del sector colaborara con la participación y el mensaje de que no da lo mismo quien gobierne ha cobrado mayor sentido luego del mal desempeño de este gobierno.
Frank Sauerbaum M. Ex Diputado por Ñuble, Ingeniero Comercial- MBA.