Patricio Vera Muñoz
La muerte de tres zorros culpeos en el sector Bustamante de la comuna de Coihueco encendió las alertas del mundo ambientalista. Su caza indiscriminada por el peligro que representa para las crianzas avícolas y ganaderas lo ha situado en la categoría de especie en peligro de extinción, estando actualmente protegido y su muerte forzada es prohibida.
Hoy por hoy -y aunque se hizo la denuncia respectiva ante la PDI por parte de movimientos ecológicos- el municipio coihuecano también anunció una querella contra quienes resulten responsables del deceso de estos mamíferos. En el futuro, la palabra la tendrá la justicia.
Sin embargo, vale la pena ahondar más a fondo respecto del trabajo de protección que se realiza con las especies en peligro de extinción y cual es la realidad que actualmente enfrenta Ñuble en esta materia.
Ciertamente, en aquello tiene mucho que decir el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), desde donde se hizo un llamado a la comunidad para respetar y velar por los ejemplares de fauna silvestre.
"Una de nuestras misiones es precisamente la protección de la flora y fauna chilena. Todos esos aspectos están regulados en la Ley de Caza, documento donde se especifica un listado de especies protegidas, regulaciones y permisos especiales y además, aspectos legales que permiten la protección de estos animales", comentó Juan Andrés Bustamante, profesional encargado de Recursos Naturales de la Oficina SAG Chillán.
El ingeniero agrónomo de profesión especificó que en la Universidad de Concepción funciona un centro de rehabilitación de fauna silvestre, el que permite que el SAG trabaje en alianza con la casa de estudios superiores para enfrentar las denuncias que recibe en estos casos.
"Nosotros rescatamos a la especie y la ingresamos a ese centro, donde el animalito es evaluado para ser liberado una vez que se encuentre en condiciones óptimas", señaló.
Especies protegidas
El listado de animales protegidos es extenso y oscila en las 900 especies. Sin embargo, algunas posen una mayor vinculación con el ser humano, siendo aquellas las que tienden a protagonizar la mayor cantidad de denuncias realizadas.
El tema no es menor, señala Bustamante, pues el hecho de que el hombre avance colonizando territorios, ha creado reductos urbanos en sectores habitualmente habitados por especies animales.
"Mamíferos como pumas, zorros y aves rapaces son con los que hemos tenido una mayor vinculación porque de alguna manera el hombre está vulnerando su ecosistema y se genera una suerte de competencia", sostiene Juan Andrés Bustamante.
Asimismo, el profesional indicó que los pumas son un caso especial en la zona, pues dado que los bosques nativos han ido en franca caída, la dieta de estos grandes felinos se ha visto alterada, pues comen regularmente liebres y conejos cuyo habitat se ha visto alterado.
Por lo mismo, estos mamíferos han debido bajar cada vez más al llano central en busca de alimento.
"Es por eso que nos encontramos regularmente con esta especie en las cercanías de Pinto, Coihueco y hasta cercano a Chillán. De ahí que hacemos un llamado a la comunidad para que lo respete", sentenció Bustamante, agregando que similar situación vive el zorro culpeo, otra especie que por necesidad ha arribado a zonas con viviendas en busca de alimento.
Ley de caza
Esta aplicación legal corresponde a la N° 19.473 y tiene como fin prohibir la caza y captura de todas las especies de vertebrados terrestres de Chile que atiendan a algún requisito en particular.
Son protegidas por esta ley aquellas especies catalogadas en peligro de extinción, vulnerables, raras y escasamente conocidas.
También se vela por el bienestar de animales determinados que puedan ser considerados beneficiosos para la actividad silvoagropecuaria.
De igual modo, aquellas especies esenciales para la mantención del equilibrio de los ecosistemas naturales o que presenten densidades poblacionales reducidas, también quedan amparadas por esta determinación legal.
Para Chile se describen casi 150 especies, de ellas un tercio son mamíferos marinos como ballenas, delfines y lobos marinos, entre otras especies. En estos casos, su caza y captura queda sujeta a lo que disponga la Ley General de Pesca y Acuicultura.
Cabe señalar que un número importante de especies son consideradas como beneficiosas para el sector silvoagropecuario, tales como carnívoros y murciélagos, debido al control de plagas que ejercen (por ejemplo de conejos, roedores e insectos) o para el equilibrio de los ecosistemas debido a su rol de predadores (puma, zorros, etc).
También, varias especies de mamíferos están amenazadas (vicuña, huemul, pudú, chinchilla y piuchén, entre otros), y otras a pesar de no estarlo, poseen poblaciones reducidas (marmosa de la puna, chingue patagónico, tuco tuco de la puna, etc).
La Ley de Caza es estricta y establece la caza de especies protegidas como un delito. Quien viole esta disposición se expone a penas que van desde prisión en su grado medio máximo y multas que van de 3 a 50 UTM.
Llevado esto a pesos, hablamos de un castigo que puede partir en los $140 mil hasta llegar a los $2 millones trescientos mil pesos.
Actualmente, la Oficina del SAG en Chillán cuenta con siete fiscalizadores, quienes abarcan las comunas de Pinto, Coihueco, Portezuelo, Chillán y Chillán Viejo. El resto de las comunas ñublensinas se reparten entre las oficinas que posee el organismo en Bulnes y San Carlos, debiendo estos profesionales fiscalizar diversas materias.
Tráfico ilegal
Debido a que el tráfico ilegal es de difícil detección en las fronteras, la autoridad debe realizar grandes esfuerzos para lograr un control estricto en esta materia.
Estos aspectos son abordados también por la legislación, estableciendo severas sanciones con multas que pueden llegar a las 200 UTM, o sea, unos $6 millones.
Las especies detectadas en las barreras fronterizas son devueltas al país de origen, disminuyendo así el riesgo sanitario. De lo contrario, sus destinos más probables son los centros de rescate y los zoológicos.
La ciudadanía es fundamental en estas materias preventivas y también puede ayudar activamente.
Para empezar, se recomienda adquirir mascotas tradicionales y siempre en lugares establecidos debidamente. Si se desconoce la especie y sus cuidados, tampoco debe adquirirse, ya que aquello contribuye a fomentar el maltrato animal al darle al animalito una mala calidad de vida.
Obviamente, si se detecta una situación de venta irregular de animales, denunciar a PDI, Carabineros o al SAG.
"Mamíferos como pumas, zorros y aves rapaces son con los que hemos tenido una mayor vinculación porque de alguna manera el hombre está vulnerando su escosistema".
Juan Andrés Bustamante
Encargado de Recursos Naturales, Oficina SAG Chillán"
La flora también está protegida por ley
La jefa de la Oficina SAG Chillán, Magaly Escobar, comentó que también han realizado intensas fiscalizaciones al Mercado Municipal, donde se suele comercializar distintas especies arbóreas y plantas. En Chile, la protección de bosques está en manos de Conaf, pero en otras situaciones interviene directamente el SAG. Básicamente, en el país existen tres especies protegidas por ley, siendo estas el copihue, la palma chilena y el quillay. La autoridad agregó que por cierto es posible comercializar estas especies libremente, siempre y cuando se cuente con la autorización del SAG y las especies sean cultivadas en viveros debidamente certificados.
$2.300.000 multa máxima en dinero que contempla la Ley de Caza para quienes sean sorprendidos capturando una especie protegida sin autorización. siendo estas Pinto, Coihueco, Portezuelo, Chillán y Chillán Viejo. El resto de las comunas de la provincia son vigiladas por las oficinas que el organismo posee en Bulnes y San Carlos.