Ñuble está dando un paso gigante hacia la construcción de un nuevo futuro. Va a convertirse en breve en Región y ese es un escalón mayúsculo para ascender a más dignas condiciones de vida, con igualdad real en las oportunidades para el crecimiento colectivo.
Es una ocasión inigualable para demostrarle al país y al mundo, que los ñublensinos somos capaces de gestionar con equidad y eficacia, avanzando con paso seguro hacia un destino mayor.
Un puñado de visionarios imaginaron este momento. Y echaron las bases para desarrollar la idea de convertir esta provincia en una región. Muchos pensaron que se trataba de un locura inalcanzable. Pero, aquellos locos geniales no escatimaron esfuerzos para ir generando las bases de un movimiento social fuerte, transversal y cargado de razones ineludibles.
Varios de aquellos ya no están y los recordamos con admirado respeto. Ellos pensaron y actuaron con la generosidad suficiente como para evitar personalismos excluyentes. Sin recovecos, sin terceras intenciones.
Hoy se nos abren las compuertas por donde pasará la construcción de nuestro futuro. La que nosotros mismos debemos realizar, con aquella generosidad y transversalidad que tuvieron quienes iniciaron este proceso. Por lo tanto, debemos tener claridad en la ruta que vamos a trazar y, a la vez, prepararnos para la travesía.
Se me ocurre en este instante que debemos considerar en primer lugar el potencial agrícola que tenemos, que nuestros campos ya están siendo industrializados y que la elección de los productos que cultivar están de acuerdo con las necesidades de los mercados, tanto nacionales como internacionales. Y que debemos priorizar la infraestructura que aquella enorme tarea requiere. Un buen aeropuerto, buenas carreteras, modernas comunicaciones y, por sobre todo, excelentes técnicos y profesionales preparados en la modernidad. Además, debemos pensar en que debemos abrirnos a otras potencialidades que nos harán fuertes, como es el caso del turismo. Esa es una actividad en la cual somos privilegiados, con paisajes rotundos, magnífica cordillera, el llano con tradiciones, gastronomía y patrimonio cultural, una costa bella y dispuesta a la industria de la pesca y a los deportes náuticos.
En definitiva, se nos abren las puertas para asumir un bello desafío. Es la hora de iniciar la marcha, con iniciativa, con decisión, con la vista ancha de los grandes. Tal como lo hicieron los que nos legaron una personalidad única y potente. No debemos tardar en asumir nuestra responsabilidad. El futuro de Ñuble nos espera.
Miguel Ángel San Martín Periodista.