Estamos enfrentados a incesantes cambios, de eso no cabe duda, y la forma de afrontarlos es lo que marca la gran diferencia. En ese sentido, las modificaciones legislativas conllevan desafíos no menores cuando se habla de variar costumbres y prácticas habituales.
Es lo que ocurre con la modificación de la conocida como "Ley del Saco", que empieza a regir en septiembre, reduciendo de 50 a 25 kilos el peso máximo que un trabajador puede manipular en las operaciones de carga y descarga manuales, adecuándose a los estándares internacionales. Lo que parece sólo una cifra asociada a una práctica puntual de movimiento de materiales, para nuestro sector implica, en primer lugar, un cambio cultural. Se hará necesario un intenso proceso de educación entre los trabajadores para cambiar los hábitos de cargar grandes volúmenes "porque es más rápido", "lo hago siempre y no me ha pasado nada", "así ahorramos tiempo". Y hablamos no sólo de un saco de cemento, sino cualquier elemento de construcción como planchas o paneles.
A su vez, las empresas deberán implementar modificaciones en los procesos con una adecuación de los cálculos, automatizando o estableciendo medidas mecánicas para mover mayores pesos, repensando las acciones asociadas a su línea de producción y sistemas de turnos, lo que ineludiblemente conllevarán aumentos en los costos, ya que no se trata sólo de reducir el peso a la mitad. La industria ya lo ha reconocido y se están implementando cambios, los que también deberán ser comprendidos por los consumidores. Sin embargo, se trata de un desafío positivo y necesario si asumimos una mirada a largo plazo, ya que el tema clave es la salud de las personas, disminuyendo la incidencia de enfermedades laborales y accidentes. El objetivo es que los trabajadores tengan una mejor calidad de vida y en ese sentido, el manejo de peso es un tema relevante. Gracias a esta medida, los trabajadores de hoy, serán adultos mayores con favorables condiciones de salud.
La única observación que hemos planteado, y que compartimos en nuestro encuentro de comités de la zona sur, se refiere a la diferencia que se establece en el manejo de peso para las mujeres, medida que se replica para los menores de 18 años: "no podrán llevar, transportar, cargar, arrastrar ni empujar manualmente, y sin ayuda mecánica, cargas superiores a 20 kilogramos". Esta indicación nos parece una contradicción con las acciones tendiente a la igualdad de género, ya que esta restricción podría implicar una merma en sus oportunidades laborales, considerando, por ejemplo, que las mujeres cada vez asumen más protagonismo en las diversas áreas del sector construcción.
Sin duda, estamos frente a un cambio a las rutinas de trabajo que desarrollamos. Será necesario que todos quienes somos parte del sector asumamos un compromiso, recordando el sentido de este tipo de medidas: que el trabajo sea una oportunidad de desarrollo que vaya de la mano del bienestar de las personas.
David Carrasco Parra, Presidente Comité de Industriales y Proveedores CChC Chillán.