Pocas frases más realistas y atinadas que la del expresidente Ricardo Lagos, en un seminario económico: "La primera tarea es crecer. Lo demás es música". Es una versión chilena de la recordada frase con que Bill Clinton ganó la presidencia de USA a George Bush: "¡Es la economía, estúpido! Tiene toda la razón, aunque a muchos aspirantes a compositores e intérpretes, enquistados en el Gobierno, Congreso y todo tipo de cargos, les duela. El sentido de su expresión, desde luego, no apunta contra la música en sí, siempre que sea de gran calidad, sino a quienes están a cargo de ella.
En nuestro país hay demasiados políticos que deberían pertenecer a la clásica y pobre "Banda del litro", que tocaba en los pueblos a cambio de plata, trago y comida. Aquí se ha desafinado no sólo en la conducción del país, sino también de la mayoría de sus instituciones. Ha faltado leer acertadamente el pentagrama con las notas. Las "melodías" han llegado a ser insoportables para buena parte de la población. Los músicos, además, mintieron, porque prometieron gran calidad y no cumplieron. Se limitaron a hacer ruido, con desconocimiento de los instrumentos. Se despreocuparon del crecimiento.
Los que dirigen el país, tanto en el Poder Ejecutivo como Legislativo, carecen de ideas en cuanto a las canciones y ritmos que gustan a la gente. Tocan reggaetón cuando el público pide salsa y rancheras en los instantes en que la gente espera un bolero o un vals. Se concentran en las ideologías, en circunstancias que la ciudadanía espera logros en vivienda, seguridad, empleo, salud y todo lo que atañe a la calidad de vida. La orquesta está tocando muy mal, por culpa de los músicos y del director (a).
La primera tarea es crecer. Pero no sólo en lo económico. También necesitamos recuperar el crecimiento de las personas: en lo intelectual, en lo emocional, en principios y valores, en todo lo que hemos perdido. Hay que superar el deterioro de la vida familiar. Asimismo, la agresividad, presente en todos los estratos de la vida nacional.
La recuperación implica que la música sea también más agradable en el campo empresarial, sin abusar de los trabajadores. Encierra que todos nos esforcemos por trabajar más y mejor, en depender menos de "las ganas" y de los "feriados largos". Asimismo, que entendamos que no se puede vivir esperando bonos y regalos del Estado. El primer esfuerzo es y debe ser de cada uno. Y comienza en la familia, en la escuela, en el liceo, en la formación general. Las oportunidades no son maná. No caen del cielo fiscal. Sencillamente, se buscan. ¡Menos bonos y más esfuerzo! ¡Fin de las "trampitas"!
En lo institucional, ojalá vuelvan a crecer nuestros políticos y recuperen las grandezas que tuvieron grandes figuras del pasado, que no llegaron al Congreso ni a la Presidencia para cometer excesos, sino para servir. Debe recuperar su crecimiento nuestro sistema judicial, empobrecido por el exceso de garantías para los bandidos y la pobre tramitación de las causas de las víctimas.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.